Durante el encuentro, sin venir a cuento, se enfrentó contra todos los madridistas que se le pusieron por delante, sobre todo tras las acciones en las que el técnico azulgrana, Josep Guardiola, escondió el balón a Cristiano Ronaldo y por eso el portugués le propinó un empujón al técnico.
Pero todavía quedaban otras dos actuaciones de Piqué en la noche de hoy: primero, tras pelearse con su 'amigo' Sergio Ramos, después de que el de Camas le hiciera una entrada a Messi; segundo, porque tras el quinto del Barcelona, se dirigió al respetable levantando la mano abierta, simbolizando los cinco goles de la noche. Un mensaje que también iba dirigido a CR7 y a Mourinho y, en general, a todo el madridismo.
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