El botellazo de la vergüenza

La sanción no pasará de una multa





 

 

El Botellazo que recibió Casillas en el partido de copa pasara para la Federación como un simple suceso, sin darle la importancia que tiene, ya que esta situación se puede volver a producir si la Federación no sanciona con severidad estos hechos.

El reglamento de la RFEF no deja resquicio a la interpretación. Si los miembros del Comité de Competición se ciñen a la literalidad del mismo, el Sevilla tiene poco que temer. El botellazo que impactó el miércoles en la cabeza de Casillas una vez finalizada la ida de la semifinal tiene una pena estipulada inferior a 6.000 euros. Y no se contempla el cierre del estadio.


Siempre, claro, que la agresión sea considerada "alteración del orden del encuentro de carácter grave", según describe el artículo 101. Porque si Competición sentencia como "leve" el ataque sufrido por Iker le lanzaron dos botellas de agua y la segunda le golpeó cuando se agachaba a recoger la primera, la multa no puede superar los 602 euros.

El club reprueba la acción del agresor, pero no la de sus recogepelotas

La clave para descifrar el grado de la pena reside en el artículo 15: "Para determinar la gravedad de los hechos, se tendrán en cuenta las circunstancias concurrentes, tales como la producción o no de lesiones; la apreciación de riesgo notorio de haberse podido originar, salvo si para su evitación hubiese mediado la diligencia del organizador; la influencia de los incidentes en el normal desarrollo del juego; la existencia o ausencia de antecedentes; el mayor o menor número de personas intervinientes; y, en general, todas las demás que el organismo disciplinario racionalmente pondere, cualificándose, además, de manera específica, como factores determinantes de la gravedad, la actitud pasiva o negligente del club organizador o su falta de presteza para identificar y poner a disposición de la autoridad competente a los protagonistas de los incidentes".

Como quiera que el árbitro ya había pitado el final, que Casillas pudo retirarse al vestuario sin recibir asistencia médica y que el Sevilla carece de antecedentes esta temporada a efectos sancionadores, el Comité sólo contabiliza como reincidencia los casos producidos en un mismo curso, el club puede estar tranquilo.

"Cosas así suceden todas las semanas", minimizan en la federación

Desde los tiempos de Caparrós (y la llegada de Cristóbal Soria como delegado), los recogepelotas del Sevilla son instruidos debidamente para comportarse en todas las situaciones. Si gana el equipo local, los balones desaparecen. Si pierde, se multiplican. Cuesta pensar que los chicos (jugadores de la cantera) actuaron ante Casillas por iniciativa propia. El reglamento no concreta sanción para una actuación así. Y el acta arbitral no lo reflejó. El Sevilla, de hecho, no ha reprobado en ningún momento el comportamiento de sus recogepelotas.

Un portavoz jurídico de la federación fue ayer diáfano: "Cosas como esa suceden todas las semanas en diferentes categorías. Para nosotros es un caso más". Y confirma que, salvo sorpresa, la sanción no pasará de una multa y un apercibimiento de cierre.