Además, el técnico dijo que, en el primer partido del Inter contra el Barcelona la temporada pasada, ocurrió algo parecido: "Perdimos 2-0 en la fase de grupos, y también pudo ser un 4-0. No lo olvidamos. Aquel partido fue la base para preparar la semifinal contra ellos. Y voy a hacer exactamente lo mismo con el Real Madrid cuando volvamos a jugar con el Barcelona".
Por lo que podemos deducir que a los jugadores blancos les quedan muchas horas de vídeo, viendo sus propios errores. Mourinho quiere tocar el amor propio de los jugadores, para que salgan a comerse a sus rivales. Quiere ganar el partido desde lo táctico y desde lo emocional.
Por último, el mister eligió su partido favorito: "Si puedo elegir como entrenador un partido desde el punto de vista de la organización de mi equipo, me quedo con el del Camp Nou. Para muchos críticos no fue un partido de fútbol, pero para mí sí lo fue. Fue casi una partida de ajedrez. En el Camp Nou, jugando con diez, hicimos un partido épico, histórico, absolutamente increíble. Al acabar ese encuentro nos dimos cuenta de que era imposible no ganar el título, aunque la final fuese contra el Bayern".
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