En declaraciones a 'L´Equipe', el presidente del club lyonés lo ha podido decir más alto, pero no más claro. "Espero ganar al Madrid a doble partido por cuarta vez consecutiva. Mourinho se juega su cabeza y su credibilidad en estos octavos de final, igual que el presidente Florentino. Pero haremos lo posible por batirles".
Estas palabras no solo animan la previa de un cruce históricamente fatal para los blancos, sino que además recuperan una guerra y una intranquilidad en el club blanco que parecen haber quedado ocultas después de que el evidente malestar de Mou con Valdano se enfriara, a raíz de apartar al directivo de los viajes del Madrid.
El Lyon se ha convertido en la auténtica bestia negra del club blanco en Champions, y no es una frase hecha. No en vano, no solamente no han sido capaces de ganarles en los seis enfrentamientos entre ambos en la máxima competición continental, sino que además han perdido sus tres cruces en Gerland, casa del club francés.
La temporada pasada, el club entonces entrenado por Pellegrini cayó ante el Lyon dejando tras de sí una discutible y floja imagen como el equipo competitivo que, este año sí, se le presupone en los torneos de eliminatorias.
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