A terminar con el gafe de Gerland

Florentino fichó a Mourinho para que no volvieran a suceder descalabros como el del año pasado ante el propio equipo francés. El portugués se siente como pez en el agua en este tipo de eliminatorias a doble partido, todo lo contrario que su Club en los últimos años. No en vano, el Madrid lleva seis años consecutivos perdiendo en octavos de final y los fantasmas de equipos como Liverpool, Roma o Juventus, otrora verdugos de los blancos en esta fatídica ronda, campan a sus anchas por La Castellana. Y Mourinho tiene el antídoto para remediarlo, al menos, eso es lo que espera el madridismo

El Madrid es más grande y más fuerte que el Lyon. No hay dudas. Sin embargo, el año pasado también lo era y los de Pellegrini acabaron la eliminatoria con los galos con el rabo entre las piernas. Así las cosas, Mourinho no quiere confianzas. Dice que sólo él sabe el equipo que saltará a Gerland. Poca o ninguna pista le quiere dar a Puel, técnico local. Parece claro que Arbeloa será el secante de la banda derecha de los franceses pero, a partir de ahí, la imaginación al poder. No ya en el campo, sino para la gente. Podría haber ‘trivote’ y jugar sin un nueve o actuar con dos centrocampistas defensivos y tres ofensivos. Sólo Mourinho y su almohada saben la receta del portugués para salir vivo de Gerland.

El Lyon, como ya ocurriera el pasado curso, juega a hacerse la víctima. Es su papel. Ya le fue bien y quiere repetir. Sin embargo, a este Madrid pocas cosas le vienen de improviso. Mourinho lo quiere todo atado en corto y que sea el Bernabéu el que decida. Confianza ninguna, ilusión toda. Ese es el lema de Mourinho.