Pese a llevar menos de un mes en el club, a Adebayor se le ve muy integrado con todo lo que rodea al club. Con su eterna sonrisa con bandera, Adebayor se ha ganado el cariño de todos su compañeros y, lo más importante, la confianza de José Mourinho, la cuál se ha traducido en otorgar al togolés la titularidad en la primera final que les queda a los blancos de aquí a que finalice la temporada.
Su inclusión en el once inicial ante el Olympique de Lyon supuso además el debut del espigado delantero en la máxima competición continental con el Real Madrid (ya la había disputado antes con el Mónaco y el Arsenal). El jugador cedido por el Manchester City volvió a hacer gala de todas las cualidades que le atesoran: buen juego aéreo, capacidad para jugar de espaldas a portería y buena compenetración con los compañeros de ataque. Su esfuerzo, por desgracia, no se tradujo en gol a favor de su equipo, pero al menos los madridistas, al verle jugar, ya tienen el convencimiento de que ‘Manolito’ ha nacido para jugar en el Real Madrid.
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