Cuando se hizo oficial la cesión por parte del Manchester City de Adebayor al Real Madrid, muchos acusaron a José Mourinho de querer hundir a Karim Benzema con esta operación. Nada más lejos de la realidad. La llegada del togolés le ha supuesto al entrenador no sólo el poder contar en la plantilla con una opción más para el ataque, sino también para que el madridismo pueda empezar a disfrutar del Benzema que se hizo grande en esto del fútbol con el Olympique de Lyon.
Adebayor apenas lleva un mes en el Real Madrid, tiempo que le ha bastado para meterse a todo el madridismo en el bolsillo. Sus cualidades como jugador le han venido muy bien a una plantilla que carecía por completo de un ‘9’ de sus características: alto, con buenos movimientos de espaldas al balón y un correcto remate de cabeza. Hasta el momento lleva marcados tres goles (dos en Liga y uno en Copa), pero en el ambiente se puede respirar la sensación de que, a poco que se vaya adaptando a la Liga Española, su rendimiento irá en aumento.
Pero la llegada de Adebayor ha sido beneficiosa sobre todo para un jugador: Karim Benzema. Desde que el togolés está en la plantilla al ‘9’ madridista se le ve mucho más enchufado. Y buena prueba de ello son los seis goles que lleva el galo desde que el africano recaló en el club: cinco en Liga (dos ante el Racing y el Málaga y uno ante el Levante), y otro más ante el Olympique de Lyon en Champions.
Además, ante el Racing de Santander se pudo corroborar que Benzema funciona mucho mejor si tiene a un delantero centro a su lado. Eso permite al francés poder participar más en la elaboración del juego del equipo y combinar más sus compañeros, que son las cualidades en las que más destaca el galo. Lo que está claro es que la llegada de Adebayor ha sido para el Madrid como un 2x1: ha servido para traer a un gran delantero, y también para resucitar a otro gran jugador en ciernes.
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