El Madrid no quiere perder el tren de la Liga ni su racha ante el Atlético

Sin apenas respiro, algo en lo que lleva enfatizando Mourinho desde que conoció que este partido se disputaría en sábado, el Madrid debe ponerse el maillot blanco de puntos rojos para escalar la montaña del Calderón y tratar de acercarse lo más posible al maillot amarillo, un Barcelona que tiene, en teoría, un compromiso más asequible este fin de semana, ya que recibe en casa al Getafe. Por tanto, para el madridismo la mejor de las noticias sería acabar la jornada a la misma distancia a la que empezó en relación a su gran rival, es decir, cinco puntos. Obviamente un regalo de esos madridistas de corazón como Míchel, Parejo o Codina en el Camp Nou no sería mal recibido en el Bernabéu.

El partido llega en una situación anormal para el Madrid. Es ilógico que se juegue un sábado en lugar de un domingo tras jornada europea en miércoles y sin la negativa del Atlético a hacerlo en jornada dominical. Tampoco es normal que el Madrid no se concentre antes del partido, al igual que es novedad que Mourinho oficialice su convocatoria durante el desayuno sabatino de gran parte de la sociedad española.

La obsesión atlética por hincarle el diente al Real Madrid vive su enésimo capítulo de la historia. En esta ocasión, debido a los últimos acontecimientos, han sido menores las voces que alzaron su garganta para gritar la famosa frase de “este año sí”. Igual por el poco bombo que se le ha dado al partido el Atlético puede salir más relajado, sin empezar con el 0-1 desde el vestuario, algo habitual en el Calderón en los últimos tiempos. Mourinho aún debe debatirse entre forzar a Cristiano o darle una pequeña pausa que permita a Adebayor asociarse con el ex minino Benzema. El técnico puede salir por cualquier lado en su alineación, como también lo puede hacer el partido. La tradición es blanca, blanquísima, pero el cansancio también es merengue en esta ocasión ¿Quién tendrá más peso?