Dios es justo

España es campeona de grupo tras el triunfo de Rusia sobre Grecia





Dios es justo y dio el triunfo al equipo que lo buscó, al que se trabajó el partido de principio a fin sin esconder nada. Porque se puede ser muy bueno y elaborar un fútbol primoroso y complicado, que divierte pero no tiene premio; y otro fútbol elemental, procedente del Neathertal, pero que sirve para poner en duda la ley de la gravedad. Afortundamente el triunfo cayó del lado del mejor, de España, que ganó en la última jugada a Suecia y dio el paso que quería para entrar en los cuartos de final de esta Eurocopa. Y entra como campeón de grupo a una jornada del final, tras la victoria de Rusia sobre Grecia 1-0.

Luis es el seleccionador nacional con mejor promedio de partidos ganados. Suecia tenía pinta de ser otra víctima propicia para engordar esa estadística de la que nos beneficiamos todos. Ibrahimovic y la similitud del juego sueco con el inglés, perpendicular y largo, eran las dos asignaturas que tenía que salvar España. Y las salvó pero en el examen de repesca. Porque España empezó muy bien, se adelantó 0-1 con un golazo y un juego que ilusionaba. Pero llegó la debacle de los "pequeñitos" en el centro del campo. Les entró dolor de cuello ante los pelotazos de Suecia y su hombre de mayor talento, Ibrahimovic, concretó el empate. Después, un equipo que quiso ganar y otro contemporizar y cuando el telón empezaba a caer apareció el actor Villa para rescatar el resultado.

A España se le podríamos reprochar muchas cosas, porque se rompió demasiadas veces a lo largo de los 90 minutos ante un equipo rocoso, sobrio, siempre igual pintado, pero sin improvisación ni recursos salvo los universales que puede tener cualquier equipo. Pero a España se le debe agradecer tres cosas: el esfuerzo, la fe y su unión. Y creo que Luis tiene mucha culpa en eso, a pesar de ser un tipo arisco e incluso a veces desagradable. Pero una cosa no quita la otra.



Juego de tiralíneas

A los cinco minutos se confirmó el guión: los suecos aplastados en su medio campo con las dos líneas muy pegadas y balonazo que te crió buscando a Ibrahimovic y Larsson. Un entramado difícil de romper. El mejor recurso era el tiqui-taca. Tocar de primeras con movimientos rápidos y cortos, y apertura por las bandas en los últimos metros. Además, Torres y Villa buscaban balones a las espaldas de la defensa sueca cruzándose el ataque en diagonal. Un buen plan que borraba a los suecos del campo y que daba el control total a España.

Un estilo de juego sólo al alcance de un equipo y Luis ha dotado de esa mentalidad a esta Selección. Todos son iguales y cada cual tiene una labor que no tendría razón de ser sin la que hacen los de su alrededor. Y como el "ballet" funcionaba llegó el gol en una jugada de estrategia que nació de un córner. Villa acudió al saque en corto, abrió al vértice del área donde Silva conectó con Torres que "estiró la pata" para desviar el balón junto al palo. Gol. Gol. Gooool. 1-0

Lesión de Puyol y empate

Suecia puso a jugar entonces a Larsson y a Ibrahimovic, hasta entonces convidados de piedra. Svensson, El Mander y Ljunberg se activaron y equilibraron el dominio, aunque basado en balones aéreos. Elmander, que tiró fuera y Larsson, una vaselina ruinosa solo ante Casillas, avisaron. Y en esas que Puyol se lesionó minutos antes y Albiol se icorporaba a la defensa. Suecia se fue creciendo con ese fútbol elemental pero peligroso de balones a la olla y posibles rechaces. Poco más. España se fue diluyendo y se olvidó de la pelota por falta de presencia y partido por culpa de unas líneas demasiado alejadas las unas de las otras. Era el momento de jugar sin balón, de sufrir un rato.

Y llegó el empate en una diagonal larga desde la derecha que le cayó a los pies de Ibrahinovic, Ramos se fue al suelo incomprendiblemente para tapar el disparo, pero fue un amago acompañado de una media vuelta. Un gol que podría haber sido evitable si el sevillano no hubiese llegado a este torneo hecho unos zorros físicamente. De hecho, él e Iniesta estuvieron muy activos pero fueron, a la vez los que más desactivaron el juego de la Selección.

Recta final y penalti

Ni con el empate se rehizo España, que estaba tocada, perdida mirando hacia arriba el juego que promovía Suecia. Balonazo va y viene sin que ningún español fuera capaz de, al menos, ponerse delante para evitar esas diagonales al área. Pero estos suecos son de carne y hueso y bajaron el pistón y el juego se equilibró. El partido se iba al descanso con tímidas escaramuzas por uno y otro lado y llegó un penalti de libro de Elmander a Silva. El valencianista iba a controlar con el pecho y el sueco lo arrolló de manera clara. Vink, un mal árbitro que ni en Holanda comprende como está aquí, puso cara de borracho y se olvidó de que tenía que aplicar el reglamento.

El partido se fue al descanso con esa sensación de impotencia que deja la opción de sentir que te han escamoteado un penalti, pero también de que España estuvo demasiado perdida como para merecer algo más que esas tablas a uno con las que se llegó a los minutos de asueto. Aparecían las dudas que se esfumaron con el inicio de la segunda parte, principalmente porque los suecos empezaron a dejar sentado que el empate les valía. Lagerbäck dejaba a Ibrahimovic en el vestuario y su equipo daba un claro paso atrás.

España fue haciéndose la dueña del juego y poco a poco fue aplastando a los suecos contra su área. Xavi, con un golpe, e Iniesta, desdibujado, dejaban su sitio a Cesc y Cazorla. Luis se veía obligado a cambiar algunos capítulos del guión y Silva pasaba a conducir al equipo junto a Cesc. España cambiaba la improvisación de Iniesta por la turbina de Cazorla.

El drama del fútbol

A medida que pasaban los minutos el partido empezaba a entrar esos episodios de dramatismo provocados por los ¡¡¡huyy!!! Los casi gol que empezaron a fabricar los nuestros. En el 62" hubo una jugada que toda España empujó para que Silva marcase, y tra el rachace, otro empujón a Torres. Pero se quedó en eso, en corazones a mil revoluciones que encontraban la desesperanza representada en tirones de pelos por no ver el balón dentro. Senna probaba desde 25 metros y el zambombazo lo mandó a córner Isaksson como pudo. El gol iba madurando y España intentaba manejar los tiempos sin precipitaciones, salvo Ramos, que está pidiendo a gritos un merecido descanso o que limite sus subidas a los saques de córner.

Los suecos se defendían bien. En algunas ocasiones daban la sensación de que tenían las patas muy largas, porque salían triunfantes en los desafíos de los uno contra uno a los que eran retados por los jugadores españoles. El tiempo pasaba, los errores se multiplicaban y las ocasiones de gol empezaban a escasear. Los suecos no querían el balón, y cuando lo tenían pelotazo arriba. Pero la justicia tenía que llegar porque, y aunque nos acordábamos del maldito penalti que Vink no pitó, un pase a "lo sueco", largo, largo de Capdevila a Villa acabó en el gol. Qué digo un gol, una explosión de auténtica felicidad y es que el "Guaje" enfiló el área, cañito a Hansson, afrontar a Isaksson y batirle por el palo largo.

Y el telón cayó. Detrás, un país dando saltos de felicidad. Y es que Dios existe. Y Villa, también.



LA FICHA

Suecia: Isaksson; Stoor, Mellberg, Hansson, Nilsson; Elmander (Sebastián Larsson, 78"), Andersson, Svensson, Ljungberg; Henrik Larsson (Kallstrom, 86") e Ibrahimovic (Rosenberg 46").

España: Iker Casillas; Sergio Ramos, Puyol (Albiol, 23"), Marchena, Capdevila; Marcos Senna; Iniesta (Cazorla, 57"), Xavi (Cesc. 57"), Silva; Villa y Fernando Torres.

Goles:

0-1: (14"). Fernando Torres culmina con la derecha un saque de córner de estrategia a pase de Silva.

1-1: (32") Ibrahimovic recibe un balón desde la derecha, controla y de media vuelta bate a Casillas

2-1: Villa (91")

Arbitro: Pieter Vink, de Holanda. Amarilla a Marchena, Svensson.

Estadio: Tivoli Neu de Innsbruck, con capacidad para 30.000 espectadores.