Tanto en el Bernabéu como en el Camp Nou, el Real Madrid no había podido rascar ni siquiera un empate ante el cuadro culé. Una dinámica que traía de cabeza a los aficionados del conjunto madridista y, por supuesto, también al plantel ahora entrenado por José Mourinho. Y es que desde el famoso pasillo, con Schuster en el banquillo, el Madrid no conseguía sacarle algún punto al Barcelona. Aquel día los blancos destrozaron a un Barcelona con Messi, Xavi y Valdés en el campo por 4-1.
Sin embargo, el gafe llegó a su fin. Tras cinco clásicos de fatal recuerdo, el Madrid logró un empate ante su eterno rival en el Santiago Bernabéu haciendo de su sexto enfrentamiento consecutivo el menos malo. Y esto sólo es el principio. El séptimo promete ser aún mejor, Copa del Rey de por medio.
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