De prescindible a intransferible

La situación de Benzema ha cambiado radicalmente en tres meses.





Karim Benzema ha pasado por momentos realmente delicados este temporada, sobre todo al comienzo de la misma, cuyo rendimiento, lejos de mejorar respecto a lo que se vio el año anterior, empeoró incluso por momentos. Ni si siquiera los toques de atención de José Mourinho en las ruedas de prensa hicieron reaccionar a un jugador que, en los primeros tres meses de competición, estaba futbolísticamente en coma.

Con la lesión de Higuaín se empezó a vislumbrar un atisbo de reacción, pero los pitos y los rumores de un posible traspaso eclipsaron todo ese trabajo que el jugador estaba realizando tanto física como psicológicamente para triunfar en el Real Madrid. El punto de inflexión llegó con los ‘hat-trick’ frente al Auxerre en la Champions y ante el Levante en la Copa del Rey. Y es que Benzema, aunque le acusen de no ser un ‘9’ nato, tiene sangre de delantero. Y los delanteros viven de marcar goles. Y bastó que Benzema empezase a ver portería para ganarse de nuevo la confianza de todo el madridismo.

Ni el fichaje de Adebayor ni la reciente recuperación de Higuaín parecen achantar a un Benzema que está dispuesto a hacer historia en el Real Madrid. De momento lleva los mismos goles que el barcelonista Villa, el jugador que el Madrid desechó cuando Florentino Pérez se decidió a ficharle. Con 22 dianas en total, está cerca de igualar sus mejores registros en una sola temporada con el Olympique de Lyon y, lo más importante, a quitarse definitivamente todos los complejos que le acompañaron durante el anterior año y medio. Porque Benzema quiere triunfar, y no va a a haber nada ni nadie que se lo impida.