La resurrección de Kaká

El brasileño vuelve a rendir como en sus tiempos en el Milan.





Lo cierto es que Kaká se ha convertido en un jugador imprevisible: tan pronto hace un partido gris en el que casi no interviene en el juego como de repente puede explotar y ofrecer aquella versión que le hizo merecedor del Balón de Oro en el 2007, aquella que llevó al Milan a ser el mejor equipo de Europa durante la pasada década. Porque ante el Athletic y, sobre todo, ante el Valencia, se vio al Kaká desequilibrante y eléctrico con el que deslumbró al mundo entero. Y de seguir así, sería el mejor fichaje que podría tener Mourinho para encarar la semifinal ante el Barcelona en la Champions de las próximas fechas.

Ante el Athletic de Bilbao, pese a que sus dos goles llegaron desde el punto de penalti, Kaká fue la punta de lanza del ataque madridista en San Mamés. La mayoría de las contras del equipo merengue salieron de las botas o bien del brasileño o de las de Di María. Ante los vizcainos ya se empezó a vislumbrar una versión más mejorada del Kaká que, durante año y medio, no ha podido triunfar en el Madrid a causa de las lesiones y la falta de confianza.

Pero lo que se vio ante el Valencia fue sencillamente majestuoso. Kaká estuvo acertado en todas y cada una de sus acciones, y los principales beneficiados de ello fueron Benzema e Higuaín, que fueron los que culminaron todas esas contras llevadas por el brasileño. Y, como guinda al pastel, Kaká firmó el que sin duda es hasta el momento el mejor gol que haya marcado el Madrid esta temporada. Una delicia de jugada en la que Stankevicius debe estar buscando aún el balón por debajo de sus piernas. Magia en estado puro. Lo que es Kaká, y lo que quieren ver los aficionados del Real Madrid…