Un árbitro de regional aleja al Madrid de la décima

El pésimo arbitraje del alemán Stark fue definitivo para el bloqueo del Madrid. Messi marcó los dos goles visitantes (0-2).





Un atracón de clásicos tan seguidos y continuados ofrecía dos posibilidades tan grandes como enigmáticas. La primera era que se repitiera el patrón de alguno de los dos primeros choques disputados entre uno y otro equipo y la segunda, obviamente, que fuera un parto distinto. De otro color. La primera opción era la que más posibilidades tenía de repetir y así fue.

El inicio del partido de Liga disputado en el Bernabéu fue un calco al de Champions. Mourinho le dio la pelota a los de Guardiola casi con el mismo desprecio con el que éste le dio la Champions de la sala de prensa. El Madrid sabía cuál era su posición. La de aguantar y no arriesgar lo más mínimo. El Barcelona, algo parecido pero siempre con el balón y ese yo-yo pegado al pie. No siempre con peligro, cierto, pero con la sensación de vivir demasiado relajado en el Bernabéu por expreso deseo del Madrid. Fruto de ese sobeteo de balón  Villa en un tiro lejano y, sobre todo Xavi desde dentro del área, estuvieron cerca de abrir el marcador. El primero disparó fuera y el segundo se encontró con los guantes de Casillas. Dos toques de timbre que le sonaron al Madrid como cuando el cartero comercial te despierta a las 10 de la mañana.

El Madrid no era el de la Copa. No subía arriba a morder. Dejaba sus fauces lo más cerca posible de su chuletón, es decir, la portería de Casillas. Pepe de cuando en cuando se desmarcaba con alguna arrancada pero con poco peligro. Sólo un lanzamiento lejano de Cristiano, con uno de sus particulares efectos, estuvo cerca de sorprender a un Valdés que dibujó una intervención insegura aunque, eso sí, efectiva si entendemos como tal el salvamento de un gol en contra.

Ficha Técnica:


Real Madrid 0: Casillas, Arbeloa, Albiol, Ramos, Marcelo; Xabi Alonso, Lass, Pepe; Özil (Adebayor 46’), Di María y Cristiano Ronaldo.

Barcelona 2: Valdés, Alves, Piqué, Mascherano, Puyol; Xavi, Keita, Busquets; Pedro (Afellay 70’), Messi y Villa (Sergi Roberto 88’).

Goles: 0-1 Messi (76’), 0-2 Messi (87')

Árbitro: Wolfgang Stark (Alemán). Amonestó a Arbeloa, Alves, Ramos, Mascherano, Adebayor. Expulsó a Pepe (61’) y Mourinho (62’)

Estadio: Santiago Bernabéu. Lleno total. 80.000 espectadores.

La radiografía del primer partido comenzaba a ser exacta. La primera razón fue porque el Madrid tras el descanso empezó con otro tono. Más arriba. Algo más presionante y eso se tradujo en un par de pérdidas de balón que levantaron al público del Bernabéu. Al Barça le entró el miedo y comenzó a pensar en ese Madrid heroico que de la nada saca la navaja y anestesia al más pintado. Sin embargo, faltaba la guinda. Y ésta solía podía llevar al pésimo colegiado alemán Wolfgang Stark como protagonista. Pepe se excedió en sus formas al ir a por un balón y tuvo la mala pata, nunca mejor dicho, de encontrarse con el siempre aspirante a actor Daniel Alves. La conclusión y la ecuación eran sencillas de resolver. Pepe a la calle. Y de propina, además, Mourinho. Dos en uno. Cuarto partido entre Barcelona y Madrid esta temporada y cuarto partido en el que el Madrid acaba con un jugador menos. Como diría Schuster, no hace falta decir nada más.

Al Madrid sólo le quedaba la heroica para aguantar lo que en ese momento era un tesoro, el 0-0. Con uno menos sobre el campo al Madrid ya sólo le quedaba su físico, su gente y que el Barcelona no acertara. Las dos primeras, más o menos, le mantuvieron a flote. La tercera ya no. Una carrera de Afellay por la banda fue rematada por Messi a la red de Casillas. Golpe al mentón del Madrid. Y muy doloroso. Sólo quedaba sacar el remo y que la corriente no fuera maléfica. Aun había tiempo y, sobre todo, minutos en Barcelona. No se podía tirar la eliminatoria con un posible segundo gol en contra. Ni eso logró amarrar el Madrid.

Messi volvió a aprovecharse del desbarajuste táctico del Madrid que, desde la expulsión de Pepe, no se encontró en el campo. El pasillo, casi con alfombra roja, sólo podía acabar de la forma más lastimosa para el Madrid: en gol. Un 0-2 que aleja Wembley más de lo que se hubiera esperado aunque aún quedan 90 minutos por disputarse. Difícil, sí. Imposible, ¿quién sabe?