El Madrid regala la Liga con un pinchazo en casa

Los blancos hicieron un mal partido, sobre todo en la primera parte, y perdieron en el Bernabéu ante el Zaragoza (2-3).





El madridismo llegó al Bernabéu con ganas de pasar una tarde plácida, ganar el partido y demostrarle al mundo que está con Mourinho. Esto último se produjo desde antes de que arrancara el partido. Muchas eran las pancartas que ocupaban los graderíos del estadio ensalzando al entrenador merengue. Todo eran apoyos a Mourinho. Ningún reproche. Y es que el portugués tiene ganado al madridismo o, al menos, al madridismo que semana tras semana presencia los partidos en el estadio Santiago Bernabéu.

De inicio el Madrid salió cansado. Jugaba sospechosamente andando ante un Zaragoza que salió con la fórmula Sporting: buena defensa, repliegue inmediato y esperar alguna contra milagrosa que dejara de lado el susto para transformarlo en gol. Mourinho sacó a los jugones de Mestalla, es decir, Kaká, Higuaín, Benzema, Canales y Granero para demostrar sus suplentes serían dignos candidatos al título. Sin embargo, la cosa no funcionó. Al menos desde el inicio. El bagaje ofensivo del Madrid se limitó a un tiro lejano de Kaká que se marchó fuera. Nada más.

Ni Kaká corría como en Mestalla, ni Benzema e Higuaín se entendían como Zipi y Zape. Todo eran intentos que no pasaban de eso. Voluntad, sí. Y ya. De hecho, fue el Zaragoza el que casi marca el primer gol del partido desde el vestuario en una arrancada de Uche que sacó Casillas con el pie. El mismo elemento, la pierna, que le jugó una de las peores estampas al portero mostoleño de toda su carrera. Al intentar despejar un balón aparentemente fácil a Iker se le fue el pie derecho. No es el suyo. Y se notó. Patada al aire y Lafita aprovechó el presente para poner la cosa más ‘graciosa’. Fue uno de los mayores regalos de Casillas como portero del Real Madrid. No le quedaba otra al Madrid que exponer. Y hacerlo mucho más y, sobre todo mucho mejor, de lo que lo había hecho en la primera parte.

Ficha Técnica:


Real Madrid 2: Casillas; Sergio Ramos, Carvalho, Garay, Nacho; Pepe, Granero, Canales; Kaká, Benzema e Higuaín.

Zaragoza 3: Doblas; Diogo, Jarosik, Da Silva, Lanzaro (Pinter 67, Obradovic (Paredes 46’); Gabi, Ponzio ; Lafita (N'Daw (88'), Jorge López;  Uche.

Goles: 0-1 Lafita (41’), 0-2 Gabi,1-2 Ramos (60'),  1-3 Lafita (77'), 2-3 Benzema (85')

Árbitro: Ayza Gámez (val). Amonestó a Jarosik, Carvalho, Doblas, Diogo Expulsó a Carvalho (86')

Estadio: Santiago Bernabéu. 60.000 espectadores.

La salida de los vestuarios no fue lo mejor que le pudo pasar al Madrid. Los blancos, a pesar de ir en desventaja, parecían demasiado tranquilos. Como si tuvieran la seguridad de que los goles llegarían y con ello el volteo al luminoso. Sin embargo, lo que llego fue un absurdo penalti de Carvalho. El portugués midió mal y tragó el anzuelo. Le hicieron la del vil trilero y cayó. Gabi se enfrentó a Casillas y no perdonó. El 0-2 era un hecho. No hubo casi ni tiempo para escuchar el enfado del Bernabéu, más que nada porque nadie se creía que, con lo que había hecho el Zaragoza, su equipo estuviera perdiendo por dos tantos de diferencia.

Mourinho tocó corneta. Movió el banquillo y dio entrada a Di María, Marcelo y Özil. Buscaba lo que el equipo no había hecho hasta entonces: profundidad. En ocasiones la encontró. Pero no siempre. El Madrid, al menos, buscó la portería de Doblas con los dientes más afilados. Y allí apareció el colmillo blanco de Sergio Ramos.Un testarazo de éste hacía presagiar la típica remontada del Madrid en estos partidos tontos que, normalmente, solía acabar solventando con raza. Sin juego pero con pegada. Ni siquiera eso le salvó esta vez. Y es que cuando mejor jugaba el Madrid y más se acercaba al área visitante un error infantil en la cobertura blanca permitó a Lafita meterse hasta el área, salón, cocina y habitación de Casillas. El resultado era más que evidente. El ladrón se iba a llevar el botín. Y Lafita acertó. 1-3 y el Madrid parecía pinchar su globo en el partido y también en la Liga.

El gol no llegaba y la desesperación, ahora ya sí, empezaba a apoderarse del Bernabéu y de los jugadores. Cada balón colgado al área era despejado por los defensas del Zaragoza al grito de 'salvación'. A los maños les iba la vida en el envite y lo demostraron pegándose por arriba y por abajo. El Madrid sólo consiguió meterle el miedo en el cuerpo a los de Aguirre con un tanto de Benzema en la recta final que avivó el sueño. Pero éste se quedó en eso. Un sueño con aroma a pesadilla. La Liga, ahora ya sí, parece menos blanca que nunca.