El diari Gol tergiversa la historia

El antimadridismo ciega a algunos.





Cada vez que gana el Barcelona un partido el mundo es más feliz. Eso es lo que día sí y día también pretenden hacernos vender desde una caverna, la barcelonista, que en vez de sacar pecho por los triunfos de su equipo no para de lanzar dardos envenenados a su eterno y gran rival. Muchas de esas ‘pullitas’ se hacen además tergiversando la historia, es decir, manipulando los hechos con el único fin de hacer creer a sus sectarios seguidores que el Real Madrid es la mismísima escenificación del demonio (o, según su ideología ‘progre’, el fiel reflejo del régimen franquista), mientras que ellos, los culés, son los enviados de Dios para dignificar el fútbol.

No hay persona más necia que aquella que se cree que está libre de pecado. Y eso es lo que se cree del barcelonismo. ¿Y no será justo lo contrario? ¿No será que aquí se cumple el dicho de que el ladrón se cree que todos son de su condición? La portada de esta semana del diari gol quiere vender precisamente eso: mientras el Barça es la santidad en persona, el Madrid se dedica única y exclusivamente a robar jugadores. Una mentira que no solo es cruel, sino también malintencionada, que tiene por objetivo ocultar la realidad de las cosas. Por que robar, lo que es robar, no es que lo inventara el Barcelona, pero casi…

El diari gol califica ahora a Messi como el Di Stéfano no robado. Habría que explicar a esta gente cuál es su concepto de robar. O, más bien, qué patrones utilizan ellos para identificar al ladrón. No se puede negar que la extraña maniobra que utilizó el franquismo para que Di Stéfano acabara en el Real Madrid fue, cuanto menos, sospechosa (‘un año juegas en el Barça, otro en el Madrid’). Pero de ahí a decir que Messi no fue robado es una falta a la verdad muy propia del ‘seny’ barcelonista.

Messi, al que ahora proclaman como el mejor jugador de la historia, no llegó a Barcelona en una cigüeña. Fue la dupla formada por Charly Rexach y Josep María Minguella la que consiguió arrebatar a la cantera de Newells Old Boys a un chico que por aquél entonces contaba con once años y que, como todos saben, padecía en aquél momento una deficiencia en la hormona de crecimiento. En otras palabras, el Barcelona ROBÓ a Argentina a su niño prodigio. Igual que en 1997 robaron al Deportivo de la Coruña a Rivaldo. O igual que hace una semana, cuando robaron al Espanyol a siete de sus canteranos. Robar, sí. Esa palabra que tanto les gusta a los culés para calificar a los demás, pero que evitan en cuanto pueden cuando se refieren a ellos mismos…