Calderón contempla un patrocinio para el Santiago Bernabéu





Ramón Calderón manifestó hace unos días que existe la posibilidad de cambiar la denominación del estadio Santiago Bernabéu. El presidente del club blanco dijo: ”œDe realizarse sería mediante la asociación a una marca comercial, porque el Santiago Bernabéu seguirá llamándose así".

Es una opción más de ciertas decisiones que ha ido adoptando esta temporada y que no han gustado demasiado al pueblo llano que conforman el madridismo. Si la Junta directiva del Real Madrid finalmente adopta esta decisión, debería ser aprobada por la asamblea de compromisarios, y el único justificante posible sería una fuente de ingresos para las arcas del club.

En la actualidad es un recurso al que están acudiendo muchos clubes en el mundo, principalmente en Estados Unidos, donde la mayoría de los estadios, cerrados o no, tienen nombres comerciales al ser utilizados por diferentes deportes o modalidades.

Ono Estadi y Reyno de Navarra

En España ya hay dos clubes que han dado el paso adelante. En Pamplona ha pasado de ser El Sadar al Reyno de Navarra, mientras que en Palma de Mallorca ha dejado de ser Son Moix al Ono Estadi. En el caso de Osasuna el cambio llegó en 2006. El Sadar pasó a llamarse Reyno de Navarra tras alcanzar Osasuna y Gobierno de Navarra un acuerdo de patrocinio mediante el que Osasuna recibe 1,5 millones de euros durante tres años. Reyno de Navarra es la marca creada por el Ejecutivo foral para promocionar el turismo en Navarra. El Mallorca, por su parte, ingresa 4 millones de euros por el cambio de denominación durante cuatro temporadas, y el estadio es municipal.

Inglaterra, sí; Italia, no



Esta moda se extiende poco a poco por el mundo, como por ejemplo en Inglaterra donde el Arsenal llama a su estadio Emirates Árabes, que costó 581 millones de euros pagados por Emirates Airlines, que a cambio mantendrá el nombre durante 15 años. O el campo del Coventry City, cuyo estadio dejó de ser Higfield Road, nombre que ha mantenido durante 106 años, para pasar a ser el Ricoh Arena.

Italia, por ejemplo, se resiste, de momento, a estas nuevas tendencias y formas de asegurar ingresos, pero, como en el caso del Real Madrid, nadie sabe qué le deparará el futuro, toda vez que poner el nombre de una marca a un estadio del tronío del Santiago Bernabéu es garantía más que suficiente como para asegurar la inversión.

Otra cuestión es que el madridismo vea bien la opción que, como señalábamos anteriormente, serán los propios socios quienes tenga la última palabra.