Un monolito tallado en piedra, con la letra Z seguida de la figura 5, domina el edificio de 10 metros diseñado por Gulizzi. Una planta imponente, intimidante, que causa una emotiva primera sensación, según explicó el propio arquitecto. En 2009 Zidane se puso en contacto con él para plasmar su idea, tras varias reuniones fracasadas para hacerlo en Marsella. Al final, Aix en Provence permitió la realización de todas las operaciones en un espacio de 14 meses, permisos de construcción incluidos.
“Z5 no está diseñado para jugadores con tatuajes y pendientes. Lo hemos tenido en cuenta para materializar el aura de un icono y el deseo de dar emoción a los niños”, explicó el arquitecto.
El complejo polideportivo cuenta con siete campos de fútbol, tres de ellos cubiertos. Organizado en torno a un patio ‘mediterráneo’, se divide en cuatro niveles. El Z5 tiene vestuarios subterráneos; una planta baja con hall, restaurantes, tienda y una sala polivalente; un primer piso con salas dedicadas al deporte y el fitness, incluidas dos piscinas y una sauna; y un segundo piso que se plantea como un espacio abierto para la sede del Z5, cuya intención es crear nuevos complejos similares a lo largo y ancho del país galo.
Toda una infraestructura ideada tácticamente por el ex futbolista del Real Madrid, que con la materialización de su obra sigue demostrando la enormidad de sus valores y su capacidad e inteligencia. Unas cualidades con las que llegó a lo más alto en el mundo del deporte, y con los que cada día sigue elevando su persona a la cima en todos los ámbitos.
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