El Madrid le perdonó la vida al Barcelona y, al final, lo pagó

Los blancos estuvieron a punto de mandar el partido a la prórroga, tras el gol de Benzema, pero Messi marcó en el minuto 87 y dejó a los blancos sin la Supercopa.





Habían pasado tres días y había más de 600 kilómetros de diferencia, entre la ida y la vuelta, sin embargo, el Barcelona-Madrid arrancó igual que el Madrid-Barça. Los de Mourinho empezaron muy arriba, en las barbas de Valdés, presionando cualquier intentona de los locales de poner a rodar el balón. Para muestra un botón, a los 38 segundos Cristiano Ronaldo ya estaba obligando a Valdés a poner las manos para repeler el primer tiro del encuentro. Toda una declaración de intenciones de que el Madrid no venía de paseo.

El buen arranque del Madrid no se correspondía con lo que reflejaba el luminoso. Es como si éste hubiera estado negado para los blancos desde el primer minuto de esta competición. Más aún cuando Iniesta aprovecha el primer acercamiento del Barcelona al área del Madrid para poner el 1-0. La injusticia se apoderaba del luminoso y al Madrid le tocaba, otra vez, remar contracorriente. Un clásico para los de Mourinho en esta Supercopa.

Y eso que los de Mourinho no se vinieron abajo a pesar del golpe moral. Siguieron apretando el área de Valdés hasta que Cristiano utilizó ese fino instinto goleador que ha ido puliendo estos últimos tiempos en el Bernabéu para tocar suavemente un envío de Benzema y poner algo más de justicia en el marcador. No era más que el 1-1 pero la sensación en el ambiente es que, al menos, el Madrid no tenía un premio menor al merecido. La superioridad merengue se pudo ver traducida, esta vez sí, en el marcador con un gran chut de Cristiano Ronaldo que se estrelló violentamente contra el larguero de la meta de Valdés.

Ficha Técnica


3 - Barcelona: Valdés; Alves, Piqué, Mascherano, Abidal, Sergio Busquets (Keita, min.85), Xavi, Iniesta, Pedro (Cesc, min.82), Villa (Adriano, min.73) y Messi.

2 - Real Madrid: Casillas; Ramos, Pepe, Carvalho, Coentrao, Xabi Alonso, Khedira (Marcelo, min.45), Di Maria (Higuaín, min.63), Özil (Kaka, min.78), Cristiano Ronaldo y Benzema.

Goles: 1-0: Iniesta, min.15. 1-1: Cristiano Ronaldo, min.20. 2-1: Messi, min.45. 2-2: Benzema, min.81. 3-2: Messi, min.88.

Árbitro: Fernández Borbalán (Comité Andaluz) Mostró tarjeta amarilla a Khedira (min.28), Xavi (min.42), Mascherano (min.54), Cristiano Ronaldo (min.54), Pepe (min.62), Sergio Ramos (min.76), Coentrao (min.85) y roja directa a Marcelo (min.90 4), Ozil (90 5) y Villa (min.90 5).

Incidencias: Partido de vuelta de la Supercopa de España disputado en el Camp Nou ante 92.965 espectadores.

La suerte no bailaba con los de blanco y sí con los azulgrana, que veían como los aviones de Mourinho volaban y volaban por el Camp Nou aunque sin tino y acierto. O sin el tino y acierto necesario para lograr el segundo. Dos cualidades sagradas en el fútbol y a las que se agarró el Barcelona para, antes del descanso, firmar una efectividad casi plena. Dos tiros, dos goles. En esta ocasión fue Messi el que recibió un balón de Pique a quién sabe dónde y picó el balón a Casillas para dejar el marcador en el descanso en 2-1. Exactamente lo mismo que ocurrió en el choque de ida. Un Madrid dominador, con ocasiones, y que recibió el pellizco del 2-1 en contra justo antes de marcharse a la caseta. Dos fotocopias de partidos.  

La segunda parte fue bastante más fea. El Barcelona no podía darle ritmo el balón porque el Madrid no le dejaba, y el Madrid lo intentaba pero no terminaba de cuajar su estilo. Las faltas empezaron a ser una constante en el partido y se perdió cualquier posibilidad de encontrar las áreas. Tanto Valdés como Casillas se convirtieron en meros espectadores del juego durante muchos minutos del choque. No era su momento.

A pesar de todo, el Madrid no se rendía y logró la heroica. Un remate a la remanguillé de Benzema, previo rechace de Valdés acabó en el fondo de la portería culé. El partido y la eliminatoria parecían encaminados a una prórroga tan justa como el marcador que, en ese momento, campaba en el luminoso. Ese 2-2 hacía justicia a los intentos del Madrid y a su presión tanto en un partido, el de la ida, como en el otro, el de la vuelta. Sin embargo, esta Supercopa estaba gafada para los madridistas. Era el tufillo desde el primer minuto del primer partido. Y así fue. Un pequeño boquete en el flanco izquierdo de la zaga blanca lo aprovechó Adriano para servirle a Messi el tercero de la noche. Otra vez la efectividad al poder. Esta vez no fue por juego sino por puntería. La Supercopa no vino para Madrid pero demostró que, si todo es normal, las distancias entre ambos equipos son tan mínimas que la moneda puede caer para un lado o para otro. Esta vez, tocó la cruz.

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