El sinfín de críticas vertidas hacia el club Real Madrid después del choque de vuelta de la Supercopa han sido el detonante para que la entidad blanca tome medidas drásticas en este asunto. Los jugadores y el staff técnico del Barcelona han aprovechado, en los últimos días, cualquier altavoz mediático para faltar al respeto al conjunto presidido por Florentino Pérez.
Tras el encuentro disputado en el Camp Nou, ningún miembro del cuadro culé ha tenido reparo alguno en atacar de forma descarada al Real Madrid. En el seno de la entidad blanca no comprenden el motivo de tales actitudes y quieren plantarse con firmeza ante lo que consideran un agravio en toda regla.
Valga como ejemplo la vergonzosa entrevista que le realizó Josep María Puig, director del ente público catalán, a Emilio Butragueño, director de Relaciones Institucionales del Real Madrid. En esta conversación, Puig insinuó, con una sonrisa bien dibujada en su rostro, que el club blanco temía aún más al Barcelona tras el fichaje de Cesc Fábregas. Esto ha servido como detonante para destapar la indignación en la Casa Blanca.
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