Mientras en Italia se habla de que Kaká podría estar de vuelta en Milan el próximo lunes o martes, el mediapunta tenía este miércoles el partido del trofeo Bernabéu con su actual club. Un choque en el que Mourinho, quién sabe si pensando en lo hipotéticamente especial del mismo, le ha querido dar la titularidad en el partido. En concreto han sido 45 minutos, un tiempo que el brasileño no ha podido aprovechar para mejorar la imagen dada durante la pretemporada, donde su fútbol no ha brillado.
Y es que la sucesión de lesiones y la ausencia de regularidad en sus participaciones ha impedido que el madridismo haya visto hasta ahora al Kaká que asombró al mundo en el Milan. El jugador llegó hace dos veranos a Chamartín por 65 millones de euros y con la vitola de ser uno de los mejores jugadores del mundo y ahora podría despedirse del club con una sola Copa del Rey en su palmarés y muchas dudas futbolísticas. Quién sabe si el de este miércoles no ha sido su último partido de blanco ante una afición que le recibió en el 2009 con gran ilusión y que este 24 de agosto de 2011 le ha despedido con indiferencia.
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