¡Mad-Bar discute el Fair Play del RM!

En Barcelona sueñan con el Madrid y ahora se ponen a negar la evidencia de los números. Lo próximo puede ser que el Barcelona lleva 11 Champions.





Los seguidores culés parecen seguir a la gresca insinuando que el Madrid no apoya el ‘Fair Play', que el juego del club blanco se basa en golpes y patadas. Mentira. Parece que desde Barcelona se está cogiendo complejo al buen estado de forma de los merengues, que ya han mostrados sus cartas en la Supercopa de España y en el comienzo liguero, atacando a la más mínima al conjunto madridista. ¿La última? La web Madrid-Barcelona no cree en el juego limpio blanco, en los datos, en los números y sigue apelando a la mentira. Lo próximo será decir que el Barcelona tiene más Champions que el Madrid. Habrá que darles tiempo.

Hasta ahora el Real Madrid ha recibido más faltas que los azulgranas, dieciséis blancas por catorce azulgranas, al contrario que en el apartado tarjetas, donde el Barcelona lleva ya cinco amarillas por cuatro cartulinas del equipo merengue. Por otro lado están los números de Keita, una de ‘las niñitas’ de Guardiola, el cual arroja una falta menos que toda la zaga blanca, once de la línea defensiva del Real Madrid por diez del malí. Parece que las tornas cambian y que eso molesta en Can Barça. Una cosa son los números, inamobibles hasta para gente tan 'gaspariana' como esta.

'Fair Play' no es simular o intentar engañar, algo que parece dárseles muy bien a los jugadores del Fútbol Club Barcelona. La última actuación de Leo Messi en Anoeta y su caída en el área está pendiente de entrar en la entrega de los Razzies, o lo que es lo mismo, los anti-Oscars, como la peor actuación del año. El argentino entró en el área, chocó con un zaguero de la Real y a la mínima voló por los aires. Mateu Lahoz no picó, ya son muchas y parece que los árbitros de este país parece que van conociendo las armas azulgranas (veremos porque la próxima puede ser de traca). Por no hablar de la manía que tiene Sergio Busquets de utilizar sus manos, vendrá de familia. El mediocentro volvió a estar flojo con sus extremidades y se vistió de su padre para con una parada antológica desviar al larguero el lanzamiento previo de Aguirretxe al segundo gol donostiarra. Sí, Busquets volvió a usar aquella prodigiosa mano con la que trato de ocultar su mirada tras desvanecer en el césped del Camp Nou en las semifinales de la Champions League frente al Inter de Milán de hace dos temporadas, logrando que Frank De Bleeckere expulsara a Thiago Motta. La misma que usó para taparse la boquita y llamar 'mono' a Marcelo ¿O al final dijo morro?