Visiblemente enfadado, mostró a las cámaras su tobillo ensangrentado y se lamentó por una acción en la que el futbolista del Dinamo no vio ni tan siquiera una tarjeta amarilla. Una cartulina que, en el caso de Leko, habría sido la segunda. De hecho, el luso tuvo que recibir puntos para cerrar la herida.
"No lo entiendo. Se habla de fair play, de protección a los buenos jugadores y yo eso no lo tengo nunca", espetó más tarde, visiblemente molesto con el trato recibido por el colegiado noruego.
Por último, cuestionado por los silbidos del público hacia él, CR7 no tuvo pelos en la lengua: "Será porque soy guapo, rico y un gran futbolista, porque me tienen envidia. No tengo otra explicación", dijo.
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