Mourinho veta a la relajación

Decir que en campos como el Ciudad de Valencia no se ganan las Ligas pero sí que pueden perderse suena a tópico de los tiempos de maricastaña. Sin embargo, y sin que sirva de precedente, estas palabras tan típicas en el mundo del fútbol nos pueden servir para ilustrar lo que se juega el Madrid de Mourinho en este partido ante el Levante.

Después de una Supercopa jugada a gran nivel y perdida de forma injusta, de un inicio espectacular en Zaragoza, con goleada incluida, un partido raspadito ante el Getafe y una batalla, concluida con victoria, en Liga de Campeones ante el Dinamo, el Madrid necesita de otro buen partido para cortar las sensaciones de sus últimas apariciones que, aun siendo victoriosas, no han dejado el mismo tufillo que los partidos ante el Barcelona o el del estreno liguero en La Romareda.

Un termómetro a tener muy en cuenta para esta tarde será Özil. Si el germano aparece, se deja ver, se asocia y marca el ritmo, el Madrid tendrá mucho ganado tanto en el juego como en el marcador. De hecho, al alemán se le ha visto menos en los dos últimos partidos, señal inequívoca de que por sus pies pasa gran parte de la forma de jugar que adquiere el Real Madrid. Si el balón sobrevuela su cabeza, malo. Si es su cabeza la que piensa, y sus piernas las que ejecutan, inmejorable. Mourinho no duda de él, tampoco de Cristiano y Benzema. Como tampoco habría que dudar del triunfo de los blancos esta noche. Recuerden, aquí no se ganará la Liga pero…