La temporada pasada Mourinho ya demostró que no es defensivo convirtiendo al Madrid en el equipo más goleador de la Liga, y este curso va por el mismo camino. El Real Madrid y el Barcelona juegan dos tipos de fútbol muy distintos, pero lo cierto es que ambos son en definitiva igual de efectivos.
El estilo del FC Barcelona consiste en mantener el balón, marear al rival de forma que éste no pueda tener opciones de ataque. Por su parte, el Real Madrid basa su estilo defensivo en la destrucción del juego rival desde el centro del campo, donde no siempre se imponen los blancos. Además, su fútbol directo favorece en cierto modo que el rival tenga opciones.
No obstante, la eficacia ofensiva del Real Madrid es brutal. Los blancos no necesitan muchas ocasiones de gol para anotar, mientras que el Barcelona crea y crea pero anota con mucha menos frecuencia que fabrica. Esa sea quizá la diferencia entre ambos en ataque. Así, la temporada pasada los blancos lograron un promedio de 2,68 goles por partido, superior al 2,50 alcanzado por los azulgrana. Una media que significa que el madridismo hubo de esperar dos minutos menos (los blancos marcaron un gol cada 34 minutos y los culés cada 36) para ver golear a los suyos. En el apartado defensivo, los culés encajaron un gol cada 163 minutos, un tiempo mucho más amplio que los 104 que tardaba en ver el Madrid perforada su puerta.
Las estadísticas, por tanto, dan la vuelta a todo lo dicho. Ni el Madrid es tan defensivo como nos hicieron creer ni el Barcelona tan ofensivo. Ambos tienen dos formas de jugar, dos maneras muy distintas de entender el fútbol. Dos estilos que esta temporada volverán a verse las caras frente a frente, de igual a igual. Todo un lujo para los aficionados al fútbol.
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