No hay quien tosa a este Madrid

El equipo de Mourinho fue infinitamente superior al Villarreal, al que goleó en una gran primera parte (3-0). La segunda parte, mucho más calmada, le sirvió al Madrid para guardar la ropa. Mala imagen de un pobre Villarreal.





Hay partidos en los que viendo el arranque de los contendientes se puede apreciar por donde puede soplar el viento del partido. Si midiéramos en nudos cómo empezó el Madrid ante el Villarreal diríamos que no se ha inventado número para medirlo. La portería de Diego López olía a gol blanco desde que Pérez Lasa dio el inicio. Nunca una sensación se plasmó tan rápidamente sobre el terreno de juego y, sobre todo, en el marcador.

Apenas pasaron cinco minutos de partido y el Real Madrid ya mandaba. Y lo hacía gracias a una jugada que se ha convertido en marca de la casa. Pase largo y cruzado de Di María buscando al delantero. En Málaga el destinatario fue Cristiano Ronaldo, ante el Villarreal fue Benzema. Al fin y al cabo el resultado fue el mismo en ambos casos: asistencia del argentino y gol del Real Madrid. Benzema no se complicó la vida delante de Diego López pues superó su salida con una vaselina suave que cayó como un balón de playa en la red visitante. La brecha estaba abierta pero lo mejor de todo es que no tenía pinta de cerrarse pronto.

Y no lo hizo porque el Madrid no quiso. Nada de freno de mano, al menos tan pronto. En este sentido, el que mejor partido supo sacarle al choque fue Kaká. El brasileño ha encontrado la pócima de la juventud de la mano de Mourinho, y su rendimiento sube cada día que pasa. En esta ocasión demostró que la pierna izquierda no sólo la tiene para apoyarse. También la utiliza para marcar. Un zurdazo suyo desde fuera del área fue imposible de detener para Diego López. El segundo había caído por la inercia. Y el Madrid seguía con hambre.

Un contragolpe perfecto que dio paso al 'descanso'


Ficha Técnica

Real Madrid 3: Casillas; Arbeloa, Pepe, Ramos, Marcelo; X. Alonso (Coentrao 80’), Khedira; Cristiano, Kaka, Di Maria (Özil 70’) y Benzema (Higuaín 75’)

Villarreal 0: Diego López, Zapata, Gonzalo, Musacchio, Catalá, Bruno, Borja Valero, Cani, De Guzmán (Camuñas 51’), Rossi (Mario 60’) y Marco Ruben (Senna 75’)

Goles: 1-0 Benzema (5’), 2-0 Kaká (10’), 3-0 Di María (30’)

Árbitro: Pérez Lasa. Amonestó a Musacchio, Xabi Alonso, Catalá, Kaká, Marco Ruben

Estadio: Santiago Bernabéu. Tres cuartos de entrada (60.000 espectadores)

El repertorio del Madrid a la hora de hacer daño a sus rivales es tan amplio y variable que si por dominio aplastante habían caído dos goles, no podía faltar uno en el arte del contragolpe. La carrera de cisne de Kaká para sacar el balón de su área con toque a Marcelo y pase de éste para que Di María cruzara el tercero fue un ejemplo de contragolpe perfecto. Tan perfecto en diseño como en efectividad. Belleza y contundencia de la mano en el mismo gol. Y éste fue también del Madrid.

Con el espectáculo de Málaga tan presente en la retina de los espectadores, los blancos decidieron tomarse la segunda parte con más calma. Y eso que el Villarreal se calentó más de la cuenta en algunas ocasiones buscándole las cosquillas al Madrid por algún lado que no fuera el del fútbol. Con el balón, todo era de color blanco. Y eso que los de Mourinho, ahora sí, habían puesto la segunda marcha y no la cambiaban salvo acercamiento al área de Diego López.

Arbeloa fue el que tuvo la ocasión más nítida de haber ampliado la cuenta en una subida más propia de Marcelo por su verticalidad y forma de llegar al área. El canterano se encontró con otro producto de La Fábrica, en este caso de la antigua Ciudad Deportiva, Diego López. Fue lo más punzante del segundo acto que llevarse a la boca. Lo mejor ya había pasado, y es que jugando media parte el Madrid se deja ver tan superior que ni un equipo Champions como el Villarreal pudo cuestionar su infinita superioridad.

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