El gesto de José Mourinho se vislumbra feliz, sonriente. El técnico luso está comprobando que el equipo madridista entiende a la perfección sus directrices, algo que se está plasmando en buenos resultados. Así, el equipo blanco suma ya ocho victorias consecutivas, seis de ellas en Liga y dos en Europa, que le colocan en una situación inmejorable en ambas competiciones.
El luso es un técnico ganador, que solo entiende la victoria como el reconocimiento al trabajo bien hecho. De vuelta a Madrid se pasó el viaje reconociendo los méritos de sus futbolistas ante un partido muy trabado y disputado, con un rival que no puso las cosas fáciles en ningún momento a los merengues.
El trabajo bien hecho ha fructificado en la octava victoria consecutiva del equipo, record que iguala al conseguido con el Chelsea en la temporada 2005/2006, y que está muy cerca de superar las cifras conseguidas con el Oporto en la campaña 2002/2003, con los que consiguió diez triunfos consecutivos. Así, ante Lyon y Osasuna, el técnico portugués podrá batir un nuevo hito que se antoja ilusionante.
Mourinho tiene claro que este Madrid puede alzancar cotas muy importantes y que ahora es el momento de trabajar duro para conseguir los frutos deseados a final de campaña tanto en el campeonato local como en Europa.
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