Cristiano ajustició otro meneo

El Real Madrid se vengó del Lyon y su estadio 'maldito' ganando con mucha comodidad (0-2). Cristiano anotó los dos goles blancos. Los de Mourinho ya están en octavos.





El Real Madrid tiene un imán para los arranques de partido en los últimos tiempos. Pueden dar fe de ello en lugares como Málaga, Villarreal o San Sebastián, por poner ejemplos cercanos. A esa lista también habrá que sumarle Lyon. Y es que el arranque de los de Mourinho en territorio enemigo fue inmejorable. Con personalidad, mando, velocidad de balón, defensa adelantada y con voracidad. Mucha hambre.

Los blancos han conseguido que equipos de un nivel importante en Europa como el Lyon le tengan miedo al Real Madrid aun jugando en su propio estadio. Esa es una cualidad a destacar y que se han ganado a base de goles y buen juego los de Mourinho. Los franceses eran un juguete roto en manos de un equipo que se quedaba con todo, ocasiones, posesión y sensaciones. Tres en uno para el Real Madrid. Y eso que todavía no había llegado la diana que abría la lata. Se olía, eso sí.

Fue Cristiano Ronaldo el que ejecutó de falta directa la ‘desvirgación’ de Gerland. Esta vez fue al palo del portero y con fuerza. Un gol que no hacía sino confirmar que la superioridad madridista no vivía sólo de la interpretación de cada aficionado sino que también había un luminoso que lo pensaba. Todo ello aderezado con un baile de pelota y una presión arriba asfixiante hasta para el que lo estuviera siguiendo por la televisión.

Ficha técnica


O.Lyon 0:  Lloris, Reveillere, Cris, Lovren (Koné 37’), Dabo; Kallstrom, Gonalons, Gourcuff, Briand, Ederson (Belfodil 83’) y Gomis (Lacazette 74’).

Real Madrid 2: Casillas, Lass, Ramos, Pepe, Coentrao (Albiol 63’), Xabi, Khedira, Di María (Callejón 83’), Özil, Cristiano Ronaldo y Benzema (Higuaín 70’)

Goles: 0-1 Cristiano Ronaldo (24’), 0-2 Cristiano Ronaldo (p.69’)

Árbitro: Nicola Rizzoli. Amonestó a Cris, Khedira, Kallstrom, Lass, Albiol, Higuaín

Estadio: Gerland (40.000 espectadores).

Con Gerland enmudecido, los 300 aficionados del Real Madrid se dejaban oír al son de Xabi Alonso. El centrocampista merengue cogió la batuta y maniató al Lyon buscando esa cosa blanca y esférica que respondía al nombre de balón. El Madrid se ponía morado, haciendo un juego de palabras con el color de la camiseta del Olympique, con lo que estaba gozando. Y eso que algún coletazo en forma de remate lejano de los franceses obligó a Casillas a mancharse su impoluta camiseta amarilla.

La superioridad merengue era más que evidente, a pesar de que el Lyon demostraba bastante más orgullo del que puso encima de la mesa en el Bernabéu. A pesar de eso, los blancos eran tan superiores que si no se marcharon con una goleada escandalosa de Francia fue porque la puntería no fue la mejor. Con todo, el Real Madrid necesitaba ese segundo gol que finiquitara a un Lyon envalentonado a campo abierto. Y esa diana llegó. Cristiano Ronaldo forzó un claro penalti de Dabo que hasta Rizzoli, bastante malo por cierto, tuvo que pitar. Con efecto retardado pero lo pitó. El portugués del Madrid hizo suyo el cuero y el disparo. También el gol. El 0-2 ya era la sentencia final.

A partir de aquí el partido se rompió de tal forma que el Lyon pudo haber marcado el de la honra y el Madrid haber abierto una brecha que hubiera vengado tantos golpes bajos recibidos en ese estadio. No pasó ni una cosa ni la otra. El 0-2 fue a misa. Tampoco hacía falta mucho más. El Madrid clasificado para octavos de Champions, adiós al gafe de Gerland, Cristiano anotó su centenario como madridista y, sobre todo, que esto cada vez pinta mejor.  

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