¿Debe volver a jugar el Real Madrid a las 12.00?

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    David Jorquera     

 


La respuesta a la pregunta es tan obvia que sólo había que echar un vistazo a los alrededores del Bernabéu una hora antes de que el partido empezara. Yo estoy harto de pasar por las calles aledañas del estadio y ver muchísimo menos ambiente que el que pude ver ayer por la mañana. Además, si el campo se llena, el equipo gana y convence y todo el mundo se marcha contento, la pregunta se contesta por sí sola. De hecho, si de mí dependiera, todos los partidos a las 12.00 los fines de semana. Ya estoy harto, y seguro que a mucha gente también le pasa, de chuparme atascos, frío y lluvia a las tantas de la noche días de diario y fines de semana. Del invento de jugar partidos los domingos a las 22.00 prefiero no decir nada. Soy un anti 22.00 total. No lo puedo evitar. Por eso, lo de jugar a las 12.00 es lo mejor que le puede pasar al Real Madrid y, por ende, a sus aficionados. Padres, madres y niños lo agradecen. Si el madridismo disfruta con esta hora, yo lo comparto. Y totalmente.

Jaime de Carlos

 NO

Puedo admitir, David, que el experimento de ayer ha dado buenos resultados. El equipo ha goleado jugando muy bien, el estadio se ha llenado y, por lo que dicen, ha habido 60 millones de chinos viéndolo en directo. Sea como sea, sigo pensando que el mediodía no es una hora de fútbol en nuestro país, España. Los futbolistas no tienen la costumbre de jugar tan temprano, porque en el sur de Europa la tendencia suele ser dejar los partidos para la tarde o la noche, por clima y forma de vida. Con esto no digo que sea mejor hacerlo a las diez de la noche, ya que tampoco me parece un horario decente. Creo que la afición también estaría contenta si los encuentros fueran a las cuatro o a las seis de la tarde; incluso las ocho, unos horarios mucho más propios de nuestra cultura futbolística e igual de idóneos para que pequeños y mayores disfruten del deporte. Porque, seamos claros, lo del mediodía no es más que una medida pensada para llenar los bolsillos de unos cuantos.