El Madrid jugó al tenis con el Dinamo

Los de Mourinho machacaron a los croatas con un gran partido de la dupla Higuaín-Benzema (6-2).





Se está empezando a convertir en tradición, bendita tradición por otra parte, que el Real Madrid empiece ofreciendo emociones fuertes desde el principio. Cuando se dice desde el principio es desde el inicio. Con este Madrid las figuraciones no valen. Fe de ello puede dar el Dinamo de Zagreb que, sin tocar el balón, ya había encajado el primero de la noche.

Decir que el Real Madrid es un equipo rápido es quedarse corto, que vuela como el viento es más preciso, pero la realidad es que es una máquina de la velocidad con un balón en los pies. Tanto es así que dentro del primer minuto de partido Benzema ya había abierto la lata. Y no con la uña y de mala forma precisamente, sino con una gran asistencia de Özil que el francés mandó a la red. Los asientos aun estaban vacíos pero el Madrid ya ganaba. Y no era más que el principio.

El Dinamo de Zagreb no sabía ni por donde le caían. El balón era del Madrid y el campo parecía volcado hacia la zona en la que atacaban los de Mourinho. Tanto es así que apenas habían transcurrido seis minutos y el segundo estaba en marcha. Esta vez fue Callejón el que comprobó su puntería con un golpeo al primer toque a pase de Benzema. La goleada empezaba a mascarse. Y el Dinamo sin enterarse.

Tal era la facilidad con la que jugaba el Madrid que parecía que existía la consigna para que todos los hombres ofensivos marcaran lo antes posible. El tercer turno de la noche correspondió a Higuaín. El argentino tenía que mejorar dos buenos goles de sus compañeros, y la verdad es que lo hizo. Un balón largo que sólo podía tener por destino las piernas del delantero argentino se convirtió en obra de arte después de que Cufré se fuera contra la publicidad tras un recorte magistral del pipita. La definición fue todo lo contrario a la climatología, bella, bonita y agradable. La sentencia ya estaba escrita con sangre croata. Sin embargo, el reparto de buenos hermanos llegó con el cuarto de la noche. Sólo habían pasado 19 minutos, apenas un cuarto de partido, y el 4-0 se hizo realidad gracias a un gol de Özil tras rechace del portero. La goleada era tan asumida que el alemán apenas lo celebró.


Ficha Técnica

Real Madrid 6: Adán, Lass, Varane, Sergio Ramos (Albiol 46’), Coentrao, Xabi Alonso (Granero 46’), Sahin, Callejón, Özil (Altintop 46’), Benzema e Higuaín

Dinamo de Zagreb 2: Keleva, Vida (Ademi 63’), Tonel, Cufré, Ibáñez, Alispahic (Leko 46’), Calello, Badelj, Kovacic, Sammir (Tomecak 81) y Beqiraj

Goles: 1-0 Benzema (1’), 2-0 Callejón (6’), 3-0 Higuaín (8’), 4-0 Özil (19’), 5-0 Callejón (48’), 6-0 Benzema (65’), 6-1 Beqiraj, 6-2 Tomecak

Árbitro: Alan Kelly. Amonestó Bediraj, Cufré

Estadio: Santiago Bernabéu (62.000 espectadores)

Si la costumbre de marcar al inicio del partido empieza a ser un mandamiento en el Real Madrid el más difícil todavía llegó cuando se repitió el mismo patrón al inicio del segundo acto. Esta vez no fue el  minuto de Benzema pero sí fueron tres, 180 segundos, lo que tardó Callejón en catar la red del fondo sur del Santiago Bernabéu. Lo hizo con un tiro al palo al palo corto. Como corto estaba siendo el Dinamo de Zagreb. Y bastante malo, por cierto.

Lo que no fue nada malo fue ver cómo se entienden a la perfección Higuaín y Benzema. Argentino y francés demostraron que lo jugar juntos no es ningún pecado, sino todo lo contrario, una bendición. Máxime tras contemplar la obra de arte que se inventaron los dos para hacer del sexto el gol del partido. Un taconazo de Higuaín medido a los pies de Benzema se convirtió en esa suave melodía que susurra al oído y que no cansa aunque suene 20 veces. Veinte o más ocasiones deberían poner este gol en asociación. Bonito y efectivo.

El Dinamo quería irse con el mejor sabor de boca posible y el Madrid fue hasta generoso con ellos. Primero no metiendo más ritmo para no endosarles una goleada más escandalosa aun y, segundo, permitiéndole a Beqiraj estrenar a los croatas su casillero de goles en la presente edición de la Champions y a Tomecak el segundo. Hasta en eso fue generoso el Real Madrid. Con los deberes hechos público y jugadores vieron pasar el balón con el derbi del sábado en la mente. A la vista de los acontecimientos es posible que en el Calderón el partido no lo hayan visto. Ese sufrimiento que se ahorran, de momento.

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