El enésimo salto sobre el Atlético

El Real Madrid fue muy superior al equipo rojiblanco y se impuso de forma cómoda en el derbi (4-1)





A pesar de que el Atlético de Madrid ya no es lo que era, siempre representa una amenaza para la afición blanca. Puede que sólo sea el hecho de que es el gran rival de la ciudad de Madrid, pero siempre pone ese puntillo de excitación a la afición del Bernabéu. Y eso se notaba antes, durante y después del partido.

Que el Atlético iba a salir a defender su portería como si fuera su mejor tesoro no era ningún misterio. Lo había dicho Manzano y todos sus hombres fueron a muerte con el planteamiento. Incluso, alguno fue un poco más allá, y se excedió en sus entradas y sus formas en pos de defender su honor ya fuera por lo civil o por lo criminal. La excitación crecía en campo y gradas, pues el Atlético hacía lo que podía, defender, y el Madrid lo intentaba pero aun no tenía cogido el puntillo al partido.

Tanto unos como otros sabían que el campo se iba a inclinar más hacia la defensa rojiblanca que hacia la blanca aunque el planteamiento atlético daba la oportunidad a Adrián, Diego o Turan a reencarnarse en el llanero solitario. Una película que, precisamente el ‘7’ visitante, hizo buena gracias a una pared que le permitió superar a Casillas en el mano a mano. Saltaba la sorpresa. Con poco, el Atlético tenía mucho. El Madrid, también con poco, estaba perdiendo.

Sin embargo, la alegría visitante duró poco. Muy poco cabría decir. Exactamente seis minutos. Los que tardaron Cristiano y Benzema en encontrarse entre líneas y el portero Courtois en meter la pata. Mejor dicho, la mano. Penalti clarísimo que hasta Mateu Lahoz, malísimo como todos, tuvo que pitar por aclamación popular. Los de Manzano se quedaban con 10 hombres y un penalti en contra. Cristiano no se puso nervioso y colocó el balón en el punto exacto en el que estuvo pensando mientras Asenjo se preparaba en el banquillo para recibir la bofetada. El empate devolvía al partido a un guión más apañado y más real, fuera de la realidad virtual que suponía ver al Atlético por delante.


Ficha Técnica

Real Madrid 4: Casillas, Lass, Pepe, Sergio Ramos, Marcelo, Xabi Alonso, Khedira, Di María (Higuaín 60’), Özil (Coentrao 78’), Cristiano Ronaldo y Karim Benzema (Callejón 73’)

Atlético de Madrid 1: Courtois, Perea, Godín, Domínguez, Filipe Luis, Assunçao, Gabi, Arda Turan (Reyes 77’), Diego (Asenjo 23’), Salvio (Miranda 80’) y Adrián

Goles: 0-1 Adrián (15’), 1-1 Cristiano Ronaldo (24’), 2-1 Di María (48’), 3-1 Higuaín (65’), 4-1 Cristiano Ronaldo (p.79’)

Árbitro: Mateu Lahoz. Amonestó a Diego, Turan, Perea, Gabi, Xabi Alonso, Filipe. Expulsó a Courtois (22’) y Godín (78’)

Estadio: Santiago Bernabéu (82.000 espectadores)

De hecho, hasta el empate producía cierta dosis de sorpresa. Más que nada porque el Atlético había tirado una vez a puerta y el Madrid, aun sin avasallar, estaba más cerca de la victoria moral. Tan cerca como de marcar a la vuelta del descanso, circunstancia que se ha convertido en marca de la casa en los últimos partidos. El derbi no podía ser una excepción a la regla. Por eso, Cristiano Ronaldo, en una potente carrera, fue capaz de quitarse a su marcador de encima y de mostrarle a Asenjo que su media salida era tan poco efectiva como mala. El portugués que volvió a vestirse de hombre generoso le sirvió el balón en el segundo palo a Di María para que éste pusiera, ahora sí, la normalidad en el marcador.

Esa era precisamente la palabra que empezaba a describir el partido, normalidad. El Madrid ya ganaba, el Atlético estaba aculado y se mascaban más goles. Todo encajaba aunque faltaba la pieza maestra, la cagada habitual de la defensa del Atlético en este tipo de partidos. La medallita particular le correspondió a Godín, que en una falta de entendimiento brutal con Asenjo, quedó retratado. Y encima por Higuaín, la reencarnación de Raúl en este tipo de goles. El robo del delantero fue tan limpio y pulcro como su definición. Sin oposición. Ahora sí que estábamos delante de un verdadero derbi. El de los últimos tiempos, con todas sus cosas.

Con el partido finiquitado al Atlético sólo le quedaba emplearse a fondo para evitar la goleada. Alguno se lo tomó demasiado a la tremenda como Domínguez o Arda que si no acabaron en la calle fue porque Mateu Lahoz no tuvo ganas. Aun así, nadie podía evitar que el cuarto de la noche subiera al marcador. Una gran triangulación entre Callejón e Higuaín dio con los huesos de este en el suelo tras una entrada absurda de Godín. Penalti y expulsión. Nueva ocasión para que Cristiano probara tiro al rojiblanco. Hizo diana casi sin inmutarse. Como le pasó a su equipo en el partido, que ganó sin despeinarse el enésimo derbi consecutivo. La diferencia es tan grande que con palabras es muy difícil poder explicarlo.