Una corazonada de líder

El Real Madrid salió airoso de la caldera de El Molinón de forma contundente (0-3). Los de Mourinho se impusieron con goles de Di María, Cristiano Ronaldo y Marcelo.





Si a Preciado le hubieran puesto un folio con dos opciones antes de empezar el partido preguntándole si preferiría un partido bonito o uno feo hubiera tachado la segunda. No porque no le guste el fútbol, sino porque sabía que a espectáculo no tiene nada que oponer al Real Madrid. Por eso, cuanto más bronco, feo y acalorado fuera el partido mejor le venía a su equipo. Eso sí, con el peligro de Iturralde y sus pistolas siempre muy presente.

El colegiado vasco demostró desde el primer momento que es un tipo impredecible. El primer tortazo se lo llevó Rui Faria, ayudante de Mourinho, por levantar los brazos en una falta en contra del Madrid. Iturralde, cachondo perdido, le expulsó. Ahí colocaba el vasco el listón, tan bajo que apenas se veía. Su facilidad para desenfundar y dejar perplejo al personal era tremenda. Por suerte para todos, se retira este año.

Ajeno a Iturralde, el Real Madrid trabajaba el partido como podía y le dejaban. El Sporting presentó un campo minado en el medio aprovechando que Xabi Alonso veía el partido en su casa y que la supla Khedira-Lass es más brillante en la destrucción que en la construcción. Así las cosas, sólo un gran remate de Di María despejado espectacularmente por Juan Plablo se salía del guión de Preciado.

A pesar de que las ocasiones brillaban por su ausencia, el Madrid lo intentaba. Casi todas sus acciones morían entre el balonazo largo y la línea de fondo. Un tiro desde lejos o alguna pillería eran las dos vías más factibles en ese momento para abrir la lata local. A la segunda acepción se agarró Di María para, después de un control genial, robarle la cartera a Damián y utilizar el exterior de su bota para engañar a toda la defensa y portero local. El resultado no podía ser otro, gol. Un gol de picardía no exento de calidad que lograba lo más complicado poner el 0-1 en el luminoso. A falta de brillantez, lo más importante siempre es la eficacia.


Ficha técnica

Sporting 0: Juan Pablo; Damián, Botía, Gregory, Canella; Eguren, Nacho Cases; De las Cuevas, André Castro (Sangoy 66’), Trejo (Nacho Novo 70’) y Barral (Bilic 78’)

Real Madrid 3: Casillas; Lass, Pepe, Ramos, Marcelo, Khedira, Coentrao, Di María (Albiol 73’), Özil (Kaká 80’), Cristiano Ronaldo e Higuaín (Benzema 75’)

Goles: 0-1 Di María  (34’), 0-2 Cristiano Ronaldo (65’), 0-3 Marcelo (93’)

Árbitro: Iturralde González. Amonestó a Eguren, Callejón, Barral, Trejo, Bilic, Nacho Cases, Coentrao y Di María. Expulsó a Rui Faria (17’) y Eguren (80’)

Estadio: El Molinón (28.000 espectadores)

Lo que parecía imposible era que el Sporting marcara. Más que nada porque Casillas apenas sudó durante todo el partido, circunstancia que evidenció que el Real Madrid trabajó a las mil maravillas para no sufrir atrás lo más mínimo. Además, con la pólvora que atesoran los blancos, el gol siempre puede caer. Y lo hizo. Di María volvió a demostrar que por algo es el rey de las asistencias de la Liga, con un pase tan milimétrico a Cristiano que ni el mejor matemático hubiera podido trazar. El portugués dribló a Juan Pablo y se cobró una de las pocas víctimas en España que le quedaban por acribillar en forma de gol. Por si había alguna duda, ahí se acabó el partido.

Con un Madrid más relajado y un Sporting fundido, los minutos finales fueron de paseo triunfal para los blancos. Además, los de Preciado no sacaron la pierna a pasear con la fuerza que se podía haber pensado tras el 0-2, algo que suavizó el final del choque. Marcelo redondeó un buen partido, en su enésima subida, con un latigazo que se coló por la escuadra, con la araña bien estampada sobre la pelota. Fue la mejor rúbrica posible para un partido currado, trabajado y que llena de moral al madridismo de cara al próximo 10-D.