Y es que, en las últimas seis temporadas ligueras, ganar el primer clásico de la temporada ha sido sinónimo de llevarse el título. Hay que tener en cuenta que, desde 2004, el campeón de la competición ha sido uno de los dos grandes del fútbol español, por lo que el título ha acostumbrado a ponerse en juego en los enfrenamientos directos entre los dos equipos. Por mucho que cada choque ponga solo 3 puntos en juego, el hecho de medirse al eterno rival multiplica por dos el valor del partido. No en vano, de lograrse la victoria se consiguen los mencionados puntos y se evita que el otro los sume en esa jornada.
Así, desde 2005 el equipo que se ha llevado el gato al agua en este partidazo ha acabado cantando el alirón. Así ocurrió esa temporada con el Barcelona (victoria por 3-0), en 2006 y 2007 con el Real Madrid (2-0 y 0-1 en el Camp Nou) y en 2008 (2-0), 2009 (1-0) y 2010 (5-0) con el conjunto catalán. Entonces el clásico acabó siendo decisivo, por lo que el sábado habrá mucho en juego. Aunque el Real Madrid esta vez tendrá la ventaja de jugar en casa y de tener una diferencia en la clasificación de tres puntos habiendo jugado un partido menos.
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