"Madrid era el paraíso. Para mi familia y para mí fue un sueño vestir la camiseta blanca. En mi presentación en el Santiago Bernabéu, ante 20.000 personas, estaba tan nervioso que no podía ni dar toques al balón; en mi primer día en el Tottenham, la ducha no funcionaba”, explica como comparación de lo que significan uno y otro club. No obstante, para él, el Tottenham “es el fútbol puro, la gente agradable y cálida. Todo el que llega al estadio puede oler el olor de la historia. Es por todo esto por lo que me gusta el Tottenham".
El holandés considera que los suyos tienen capacidad para hacer “algo grande”, y reconoce que quiere volver a jugar la Liga de Campeones la temporada que viene: “siento que soy parte de una gran aventura y todo el mundo en el club tiene la sensación de que se avecina algo grande. Estamos ganando nuestros partidos, también contra equipos inferiores, cosa que no hacíamos la temporada pasada. Estamos con más confianza. Jugar la Liga de Campeones el año pasado fue increíble y ahí es donde quiero estar", admite.
Finalmente, cree que la mentalidad del club ha cambiado con respecto a cuando llegó a Londres: “cuando llegué al Tottenham todo el mundo hablaba sólo del partido contra Arsenal. Lo más positivo de cuando les ganamos esta temporada es que fuimos felices y ya está, no fue como ganar un título. Eso dice mucho acerca de este equipo”, concluye.
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