Nunca hay que dudar de Cristiano

El portugués anotó un hat trick en la goleada del Real Madrid al Sevilla (2-6). Los blancos fueron muy superiores y refrendaron el liderato de la Liga. Además de Cristiano, grandísimo partido de Di María como asistente y finalizador.





Cuando uno es de los mejores del mundo sólo puede esperarse de él lo mejor. Si no siempre, al menos casi siempre. Es el caso de Cristiano Ronaldo que, aunque más de uno le haya mandado a jugar a Tercera División tras su mal partido ante el Barcelona, es un valor seguro. Tan seguro como que era muy difícil que el portugués fallara durante dos partidos consecutivos. Que tuvo un mal día en el clásico nadie lo discute, pero de ahí a matarle de la forma en la que lo hicieron incluso algunos que dicen llamarse madridistas, va un abismo. Más que nada porque el hecho de odiarle hace cinco días y de quererle hoy retrata a más de uno. Es el fútbol, sí, pero las veletas es mejor dejarlas para el agua del mar.

Ocho minutos tardó el delantero portugués del conjunto blanco en marcar. Tal vez fue su primera intervención y cumplió. Di María le dio un pase tan eléctrico como medido desde su nueva ubicación en la media punta y Cristiano lo transformó en gol. La esencia del madridismo, pase rápido al hueco, desmarque y diana. Todo en uno. Cristiano volvía a sonreír y más de uno de los que le puso a caldo seguro que también.

El gol durmió al Madrid y espabiló al Sevilla. Fue como ese calmante para el dolor. Los andaluces se fueron hacia arriba y el Madrid se fajó para no encajar el empate. En esa guerrilla en el barro salió a relucir el impoluto guante de Casillas que le sacó un gol a Manu en el amplio sentido de la palabra. A menos de tres metros de la raya de gol y con la campanilla vibrando por ello. Chitón debió gritar Iker mientras extendía los brazos para sacar ese balón que estuvo cerca de besarse con la red. Ahí se salvó el Madrid y, posiblemente, también el nudo del partido.

Con los blancos sacudiéndose las envestidas locales, sólo alguna contra peligrosa podía hacer cambiar el rumbo y la inclinación del campo. Justo lo que pasó. Un nuevo balón cruzado de Di María fue mimado como un tesoro por la bota de Callejón. Javi Varas no esperaba que los cordones del andaluz fueran tan traicioneros para él. Y vaya si lo fueron. El Madrid se quitó el agobio del Sevilla de la mejor forma, con un golpe en pleno mentón. Bajón en el Pizjuán y subidón para el Madrid. Un éxtasis que se quedó corto cuando Cristiano Ronaldo volvió a sacar el esparadrapo poco después para seguir tapando las bocas de aquellos que esperaban su retirada. Lo hizo con un mísil tierra-aire que se coló junto al palo de Varas. Lo que podría llamarse un pepino. De la mejor huerta, la de CR7.


Ficha Técnica

Sevilla 2: Javi Varas; Coke; Caceres, Spahic, Navarro (Armenteros 80’); Medel, Trochowski (Kanoute 46’), Rakitic (Campaña 68’); Navas, Manu y Negredo

Real Madrid 6: Casillas, Arbeloa, Ramos, Pepe, Marcelo, Xabi Alonso, Lass, Callejón (Albiol 45’), Di María (Khedira 66’), Cristiano Ronaldo y Benzema (Altintop 86’)

Goles: 0-1 Cristiano Ronaldo (9’), 0-2 Callejón (37’), 0-3 Cristiano Ronaldo (40’), 0-4 Di María (65’), 1-4 Navas (68’), 1-5 Cristiano Ronaldo (p. 85’), 1-6 Altintop (88’), 2-6 Negredo (92’)

Árbitro: Clos Gómez. Amonestó a Rakitic, Arbeloa, Ramos, Lass, Spahic, Kanouté. Expulsó a Pepe por doble amarilla (45’) y a Manu del Moral con roja directa (73’)

Estadio: Sánchez Pizjuán (42.000 espectadores)

Eso sí, el Madrid no podía vivir tranquilo. La razón era obvia, el señor Clos Gómez. El avispado trencilla tardó poco en minimizar al Madrid de la forma más asequible para él, expulsando a un jugador. Le tocó a Pepe que rozó la cara de Negredo en un forcejeo. En cualquier otro partido, la cosa hubiera quedado en nada. Aquí acabó con amarilla y caseta para el portugués. Aun había 45 minutos por delante, y a pesar del 0-3, el señor Clos había puesto bastante de su parte para que el segundo acto no se convirtiera en un paseo triunfal madridista. Aunque ni siquiera eso evitó que el Madrid se acabara paseando.

A pesar de estar con 10 jugadores sobre el campo, el Madrid dio una sensación de peligro constante. Controlando el cuero con relativa calma, y con sus velocistas ansiosos de sangre del sur. Así logró Di María el 0-4 tras presentarse delante de Javi Varas después de un pase al hueco de Benzema. Fue la rúbrica a un grandísimo partido que acabó con dedicación al cielo tras el reciente fallecimiento de su suegro. Desde arriba seguro que le aplaudió.

Con el Madrid vencedor por aplastamiento, los goles fueron subiendo al marcador hasta dar con un resultado que más propio de un campo de fútbol lo sería de Roland Garros o del Open USA. Cristiano Ronaldo logró su tercer tanto de la noche transformando un penalti clamoroso sobre Benzema, y hasta Altintop se desvirgó en su faceta anotadora como madridista. Los goles de Navas y Negredo sólo sirvieron para maquillar la goleada. Curiosamente, la misma que el año pasado logró el Madrid en el mismo escenario. Parece que Mourinho y Cristiano le han cogido la medida al Pizjuán. Seguramente mañana no habrá insultos a CR7 ni se exigirá su retirada del fútbol. Será elogiado y con razón. La pena es que siempre se siembren dudas sobre los buenos. Un mal endémico que, de cuando en cuando, obliga a taparse y a reconocer que se habló más de la cuenta. Por cierto, creo que no lo he dicho, el Madrid es líder de la Liga. Y olé.