Después de una primera recta de la temporada en la que los horarios impuestos por la LFP han sido criticados por activa y pasiva, y desde casi todos los equipos profesionales del fútbol español, la tendencia sigue siendo la misma en la Copa del Rey. Aunque en esta ocasión, el gran damnificado, como club, ha sido el Real Madrid. El choque de ida de los octavos de Copa ante el Málaga y el enfrentamiento del equipo de baloncesto con el Barcelona coinciden en la misma fecha y casi en la misma hora.
A las 20:00 horas del próximo día 4 de enero, el Santiago Bernabéu acogerá el choque entre Real Madrid y Málaga, mientras que 45 minutos después el Palacio de los Deportes acogerá un encuentro del Real Madrid de baloncesto. Y no un enfrentamiento cualquiera. El día 4 de enero ya estaba previsto que se disputase el clásico entre Real Madrid y Barcelona. Esto supone un problema de considerables dimensiones para el aficionado común, que lógicamente no quiere perderse ninguno de los dos envites.
Pero el impedimento es aún mayor para los seguidores del Real Madrid que son socios abonados del primer equipo de fútbol y también de la plantilla de baloncesto. Dada la poca diferencia horaria entre un evento y otro, es materialmente imposible que un aficionado merengue pueda vivir ‘in situ’ los dos acontecimientos deportivos.
Con este panorama, alguien deberá tomar cartas en el asunto para modificar el horario de uno de los dos eventos. Si imperase la lógica, debería ser la LFP quien variase el horario del choque de ida de los octavos de final de la Copa del Rey, puesto que el horario y fecha del encuentro de baloncesto se conocía con bastante anterioridad. Aún así, los antecedentes no permiten descartar que sea la ‘ACB’ quien tenga que modificar el horario del clásico. El aficionado madridista lo que exige, y con toda la razón del mundo, es una solución, provenga de donde provenga. Veremos si se la dan.
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