Aunque a muchos les duela reconocerlo, la unión del Real Madrid y Mourinho sigue tomando fuerza, es cada vez más poderosa e imparable. Si unimos a ésta una afición entregada como la que se vio ayer ante el Málaga, el cuadro merengue es aún más potente. Eso es lo que quiere conseguir Mou, y lo que de momento está llevando a cabo con diligencia. Sus estadísticas en el banquillo del Madrid no dejan lugar a dudas: el luso es el entrenador perfecto para este equipo. Y viendo lo ocurrido ayer tras el descanso en Chamartín, parece un hecho aún más incuestionable.
Desde que Mou llegó al Real Madrid ha conseguido la friolera de 42 victorias en 54 partidos. Tan solo doce choques no han finalizado en el saco merengue, con reparto entre empates y derrotas. Un porcentaje de acierto del 77%, y un 88% de imbatibilidad. En total, los blancos han conseguido en este año y medio 158 goles a favor y sólo 48 en contra, mejorando sus prestaciones ofensivas y defensivas notablemente. Viendo estos números, y con ejemplos como el de ayer, es extraño que todavía haya quien le critique por su ideario deportivo.
Los números avalan a Mourinho. La afición le admira y le quiere a partes iguales, mientras que en los rivales infunde un merecido respeto. Dentro del club, nadie le cuestiona. Se lo ha ganado a pulso. Si hay un verdadero líder en este Real Madrid es el míster, de momento para bien. Si continúa la dinámica, no cabe ninguna duda que acabará escribiendo muchas grandes historias al servicio del club y el madridismo.
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