El zaguero francés demuestra partido tras partido una enorme madurez a pesar de su temprana edad. Ante el Granada volvió a ser así. Varane fue un seguro de vida al corte y en el cruce, expeditivo como el que más cuando fue necesario y ayudando al centro del campo en la subida de balón en más de una ocasión. De hecho, el galo se atrevió incluso a subir al ataque y tuvo la oportunidad de hacer un gol en la primera mitad tras un remate de cabeza en un lanzamiento de esquina que se le marchó algo desviado.
Junto a Sergio Ramos, Varane forma una pareja de centrales jóvenes que garantizan un enorme futuro a la zaga blanca. Si sigue su evolución, no cabe ninguna duda de que el francés será uno de los mejores defensas del planeta en no mucho tiempo.
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