La victoria en Mallorca es sinónimo de alegría para el madridismo en muchos sentidos: los blancos consiguen alejar momentáneamente al Barcelona a ocho puntos, consiguen el campeonato de invierno y además demuestran que no ha existido menosprecio alguno hacia los mallorquinistas pese a la cercanía del clásico copero ante el FC Barcelona. Además, es motivo de alegría para Mourinho, que ya puede decir que ha ganado en otro de los estadios que le faltaba por conquistar en Liga.
La pasada temporada, un empate a cero en Mallorca abrió el ciclo de Mou al frente del banquillo merengue, pero por fin ha logrado desquitarse de aquel empate batiendo a los baleares en su segunda visita. El Sadar (1-0), el Camp Nou (5-0), el Ciutat de Valencia (0-0 y 1-0), Riazor (0-0) y el Estadio de los Juegos Mediterráneos (1-1) son los únicos campos que ha visitado el luso como madridista en los que no ha podido vencer. Esta temporada puede seguir reduciendo la lista ante Osasuna y Barcelona.
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