El Madrid no se fía del Comité de Competición

El mismo organismo que permitió a Piqué jugar el clásico podría entrar de oficio en el caso Pepe





El recelo es la nota dominante en un caso que parece que seguirá coleando durante un tiempo alrededor del Real. El club de Concha Espina teme que el Comité de Competición se deje influir por las peticiones directas de ciertos sectores de la prensa, tanto madrileña como catalana, que han solicitado que entre de oficio para sancionar el pisotón de Pepe a Messi en el clásico del pasado miércoles. El central portugués se disculpó a posteriori y aseguró que fue una acción involuntaria, pero a pesar de todo parece que hay mucho interés en quitárselo del medio durante un tiempo.

El citado Comité no suele actuar de oficio con normalidad. La regla que se plantean en el organismo es la de sancionar únicamente aquellas acciones que el colegiado refleja en el acta del partido. Ya lo cumplieron a rajatabla cuando Piqué incumplió la norma que impide forzar voluntariamente una cartulina amarilla justo antes del clásico liguero. Sin embargo, no ocurrió lo mismo en el incidente entre Mourinho y Tito Vilanova durante la pasada Supercopa. El portugués fue sancionado con dos partidos y el ayudante de Guardiola con uno. Por otro lado, la agresión de Villa a Özil quedó impune, así como su intento de pisotear la cara de Pepe durante un lance del juego.

Por este motivo, el Real Madrid no las tiene todas consigo con respecto a que su central no sea castigado. El próximo lunes, el Comité de Competición se reunirá para analizar las sanciones de la semana, tanto en Copa como en Liga. Y el club blanco teme que Pepe sea uno de los temas a tratar. Los precedentes invitan a pensar así. La influencia de los medios de comunicación y el hecho de que el luso es un futbolista reincidente y con muy mala fama podrían decantar la balanza y provocar una sanción desproporcionada para él. Más problemas para un Real Madrid que ha visto cómo se atacaba su imagen tanto desde el bando enemigo como del "amigo" y que entiende como lógico desconfiar de la sanción que pueda aplicar el Comité de Competición, un organismo que ha mostrado sus 'colores' con asiduidad en los últimos tiempos.