Para ello, el técnico luso volverá a su esquema habitual de 4-2-3-1, devolviendo la titularidad perdida en Copa del Rey a Marcelo, Özil y Callejón. Del mismo modo, volverá Arbeloa al lateral derecho, por lo que el Bernabéu verá cuatro caras nuevas con respecto al once que recibió al Barcelona el pasado miércoles. La defensa será la de gala sin cambio alguno, a pesar de los rumores que hablaban de que el Madrid dejaría a Pepe en la nevera. El luso se ha disculpado tras lo ocurrido con Messi. Se le puede creer o no, pero sería ilógico que Mourinho no lo alineara de inicio tras sus palabras de ayer en rueda de prensa.
Así, Pepe formará pareja de centrales con Sergio Ramos, mientras que Arbeloa y Marcelo cubrirán ambos flancos. Defensa de cuatro para escoltar a un Iker Casillas que cumple 600 partidos oficiales con el Real Madrid, nada más y nada menos, y que espera celebrarlo por todo lo alto con un triunfo y, a ser posible, sin encajar ningún gol. Por delante de la defensa actuará el doble pivote formado por Xabi Alonso y Lass, fijo en la medular ante la ausencia de Sami Khedira.
Por delante de ambos, un Özil que espera continuar su progresión y no disolverse como un azucarillo tras un par de buenas actuaciones y Callejón y Cristiano Ronaldo por ambos costados. Finalmente, el ataque madridista estará formado por el delantero francés Karim Benzema, que tratará de ir afinando su puntería ante los vascos. De este modo, el once madridista podría ser el siguiente: Casillas, Arbeloa, Pepe, Ramos, Marcelo, Xabi Alonso, Lass, Ozil, Cristiano Ronaldo, Callejón y Benzema. Un once de garantías para dar un nuevo golpe de remo a una Liga que, de momento, y esperemos que hasta el final, está teñida de blanco.
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