En la primera mitad, las dos ocasiones más claras del Madrid, sin contar la de Higuaín a los quince segundos de juego, salieron de las botas de los dos jugadores. La primera, tras una contra letal llevada por Kaká, que abrió a la izquierda para Ronaldo cuando la defensa se concentraba en el centro. Pero el chut del portugués fue atajado por Pinto. La segunda, tras una buena acción individual de Özil, que estampó el cuero en el travesaño culé con un lanzamiento lejanísimo. Los dos fueron de lo mejor de un buen Madrid en el primer acto, pero no fue suficiente para reducir la diferencia al descanso.
En la segunda parte, Kaká fue sustituido pero Özil siguió dando de sí para dar esperanzas al madridismo con una asistencia de lujo a Cristiano que acortaba distancias. No fue suficiente, pero el alemán fue uno de los hombres del partido y la afición merengue puede sentirse más que orgullosa.
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