...y el Bernabéu le cantó a Cristiano

Plácida victoria del Real Madrid ante el Zaragoza para mantener el primer puesto de la tabla con suficiencia. Primera gran ovación a Cristiano Ronaldo en el Bernabéu desde que llegó tras la consecución del segundo gol.





Nadie lo dudaba, pero la tarde-noche empezó con aplausos tanto para Pepe como para Mourinho en la presentación. Incluso Cristiano Ronaldo saludaba más de normal a la grada en el calentamiento previo al encuentro. El lavado de cara en Barcelona le vino más que bien al equipo blanco a pesar de la derrota.

Eso sí, la puesta en escena de los blancos pudo haber sido mejor. Un Zaragoza bien plantado, hacía que los de Mourinho rotaran la pelota, la tuvieran, pero sin demasiado peligro. De hecho, a Roberto se le veía poco o muy poco en el arranque. Tampoco a Casillas, bien es cierto, pero cuando se le vio fue para una mala imagen, recoger el balón de dentro de su portería. El Zaragoza es el colista del campeonato, pero es un equipo vivo. De hecho, del rápido saque de una falta (que pudo producirse con el cuero en movimiento, bien es cierto) pilló a la defensa del Real Madrid pendiente de cualquier cosa menos de lo que tenía que estar, el balón. Cuando Marcelo, Carvalho y compañía se dieron cuenta de qué iba la cosa, Lafita ya estaba celebrando el 0-1. El típico gol que Mourinho odia y que seguramente le costó algún tirón de orejas a más de uno en el descanso.

No cundió el pánico. Igual porque el Bernabéu es un estadio que sabe que al Real Madrid no le supone ningún problema el tener que remontar. Özil se echó el equipo a la espalda, y de sus botas salieron varias de las mejores jugadas del Real Madrid en el primer acto. Lo primero fue un balón espectacularmente tocado y bien rematado por Kaká. Si no fue perfecto fue porque el balón se marchó rozando el palo y no susurrando la red visitante.

A pesar de ese fallo, Kaká estaba destinado a igualar el partido. Tras ese cabezazo falló un gol casi cantado desde el punto de penalti. Resbaló y la mandó al limbo. Eso sí, a la tercera cazó su presa. Un gran balón al hueco de Carvalho encontró el desmarque de Kaká perfilado para hacer el tiro que mejor sabe, de interior y al palo largo. No entró limpio porque Roberto la llegó a tocar. Pero entró al fin y al cabo. Vuelta a algo más lógico.


Ficha Técnica

Real Madrid 3: Casillas; Altintop, Carvalho, Pepe, Marcelo; Granero, Xabi Alonso (Lass 61’); Özil, Kaká (Callejón 67’), Cristiano Ronaldo y Benzemá (Higuaín 72’)

Zaragoza 1: Roberto; Lánzaro, Da Silva, Paredes; Obradovic, Dujmovic, Apoño, Ruben (Postiga 55’), Lafita; L. Garcia (Abraham 74’) y Aranda (Barrera 65’)

Goles: 0-1 Lafita (10’), 1-1 Kaká (31’), 2-1  Cristiano Ronaldo (49’), 3-1 Özil (56’)

Árbitro: Iturralde González. Amonestó a Paredes, Apoño, Cristiano Ronaldo

Estadio: Santiago Bernabéu (73.000 espectadores)

El Madrid, además, se ha convertido en especialista en marcar goles desde el vestuario. Ya sucedió contra el Granada, y volvió a repetir suerte frente al Zaragoza. Un gol, además, con premio doble. Primero porque ponía por delante a los blancos culminando una nueva remontada y, segundo, porque le supuso a Cristiano Ronaldo llevarse su mayor ovación en el Bernabéu desde que es jugador blanco. Ni hat tricks pasados, ni siquiera el ofrecimiento de la Bota de Oro levantaron al público al grito de ‘Ronaldo, Ronaldo’. Este gol ante el Zaragoza sí lo hizo. De hecho, CR7 tuvo que levantar la mano para agradecerle al público el homenaje. Todos contentos. La asistencia de Özil en el gol, magistral.

Ni iba a ser el último detalle del teutón en el partido. Su sociedad con Kaká no sólo fue jugosa para mantener el balón, también fue efectiva. De hecho, de una gran pared entre ambos salió un zapatazo de Özil con la zurda que ni Roberto ni tres porteros juntos hubieran podido sacar. Fue la mejor rúbrica posible a una serie de buenos partidos consecutivos que se ha marcado el germano. Por suerte está de vuelta y en el tramo más importante del curso, cuando deben aparecer los buenos. Ese gol mató a partes iguales al Zaragoza y al partido.

El Madrid no necesitaba más y el Zaragoza no podía más. LA conjunción perfecta para que en los instantes finales la gente se pudiera marchar a su casa con tranquilidad, sin perderse nada más. Sin necesidad de desgastarse más de la cuenta el Madrid ganó y afianzó su primer puesto. El Bernabéu se reconcilió con Pepe y Mourinho y encumbró por fin a Ronaldo. Un cuento de hadas.