Parece que la herida surgida entre Florentino Pérez y Vicente del Bosque no va a cicatrizar jamás. Y es que el actual seleccionador pide comprensión a los dirigentes y aficionados del Real Madrid por su decisión, al parecer de carácter definitiva, de no recoger la Medalla de Oro que el Real Madrid le iba a otorgar junto a Rafa Nadal y a Plácido Domingo por su trayectoria profesional: "Entiendo perfectamente el cariño del club y de la gente hacia mí, pero yo también tengo mis rarezas, entonces, que me permitan tomar una decisión que llevo en lo más profundo de mí", dijo.
Del Bosque matiza después que con esta decisión pretende no "molestar a nadie ni de la Junta Directiva ni de los socios ni a nadie de la gran familia del Real Madrid". Tan neutral se quiere mantener en todo lo referente al club blanco que ni siquiera se moja cuando un lector le pregunta sobre si sería bueno que Mourinho siguiera al frente del banquillo madridista: "Quien lo tienen que considerar son los dirigentes, yo no tengo ninguna opinión porque no lo conozco, ni como trabaja, sería atrevido por mi parte opinar de algo que no conozco. Quien lo tienen que pensar son los dirigentes y la afición".
Lo cierto es que Vicente del Bosque demuestra, con esta decisión, que aún no ha perdonado el hecho de que el club decidiera no renovarle su contrato como entrenador del equipo blanco allá por el 2003. Algo que quedó patente en unas declaraciones del propio seleccionador la semana pasada, en las que aún no se explicaba como los dirigentes por aquél entonces del Real Madrid pudieron tomar aquella decisión: "Molowny me dijo 'Vicente, en la vida hay que remover la tierra de vez en cuando'. Eran cuatro años en el primer equipo. Creo que no estábamos desgastados y que hubiéramos seguido ganando títulos. Pero eso consideraron, mover la tierra".
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