Las mil y una vueltas que ha dado el nombre de Robinho en la rumorología de este mercado de verano sólo obedece a un único deseo del brasileño. Robinho es feliz en Madrid, y se encuentra a gusto en el seno de la plantilla blanca. Pero el brasileño se siente infravalorado económicamente respecto al resto de sus compañeros.
El escurridizo carioca llegó al Madrid hace tres temporadas y maravilló con sus regates y bicicletas fulminantes, pero enseguida se esfumó esa ilusión con la que se le acogió. Tres años le ha costado a Robinho volver a ser un peso pesado dentro de la plantilla, y por eso ha visto como su sueldo inicial permanecía congelado mientras el resto de jugadores renovaban sus contratos con sustanciosas mejoras salariales. El brasileño había firmó en 2005 un contrato que le uniría al Madrid hasta junio de 2010 cobrando una cantidad neta de 2 millones de euros.
La jugada del brasileño ha sido sencilla. Su avispado representando, Wagner Riveiro, ha aireado todas aquellas ofertas que ha podido anunciando a bombo y platillo que varios equipos de la Premier estaban tras sus huesos. El interés del Chelsea ha sido en único verdadero, ya que los de Abrahamovic le han ofrecido un contrato con un sueldo neto de 5,5 millones de euros, aunque el brasileño hasta el momento no ha querido contestar en firme.
En la plantilla del Madrid jugadores como Ramos, Guti, Heinze, Cannavaro, Robben, Diarra o Baptista entre otros cobran más que él, incluso algunos doblando su sueldo, con lo que todas las cabriolas del representante de Robinho han ido encaminadas a conseguir que el Madrid le ofreciera una subida del montante que el brasileño percibe.
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