Al parecer, los dos dirigentes se reunieron de manera secreta el martes en Madrid en el Hotel NH Alcalá. Primero llegó el presidente de la Federación y se sentó en una mesa de la cafetería, tras lo cual compareció Rosell tras bajar de un taxi. Por lo visto, el culé había solicitado que la reunión se celebrase en esas instalaciones, pues se trata de un hotel que acostumbra a frecuentar cuando viaja a Madrid por motivos personales.
Posteriormente los dos cambiaron de mesa para mantener la reunión de una manera más privada, lejos de miradas y oídos indiscretos. La misma duró cerca de dos horas y, según el diario madrileño, Rosell aprovechó la oportunidad para quejarse por lo que considera unos malos arbitrajes a su equipo en la Liga. Una forma de ejercer presión para favorecer los intereses culés en la Liga, ahora que las cosas les vienen mal dadas. Además, el presidente barcelonista volvió a insistir en que deseaba jugar la final de Copa en el Bernabéu, pero Villar le frenó al recordarle que esta posibilidad es imposible por decisión del Real Madrid.
Visto lo visto, queda claro que la relación Barça-RFEF atraviesa un momento magnífico y que el conjunto catalán tiene el privilegio de hablar y negociar con el organismo a espaldas del resto de clubes. Algo que les permite incluso darle un toque a Villar por los arbitrajes, algo inédito y sorprendente que viene a demostrar que el 'Villarato' tiene más fuerza que nunca. Habrá que estar atentos, porque no sería raro contemplar cómo los colegiados vuelven a echarle una (o varias) manitas (s) al Barça en los próximos partidos. Tiempo al tiempo...
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