La fiabilidad del Real Madrid comienza a rozar la perfección a medida que avanza el campeonato. Partidos en los que hace unos meses se habría dejado puntos ya no significan un perjuicio para el equipo, que ante el Rayo demostró que los campos pequeños ya no le hacen tanto daño. En el recuerdo quedan derrotas como la del Levante o partidos como el de Santander, en el que los blancos se dejaron puntos que podrían significar a estas alturas una ventaja de quince puntos respecto al Barcelona.
Sin embargo, los de Mourinho han evolucionado, han aprendido a sufrir en cada partido que ha sido necesario y lo han demostrado a lo largo de la competición. Ni siquiera los grandes líderes son capaces de ganar siempre, pero el Madrid sigue encadenando victorias con todo tipo de registros. Los blancos saben ganar poniéndose el traje de gala, demostrando superioridad en todas las facetas del juego, pero también saben hacerlo ante rivales que se enrocan poniéndose el mono de trabajo, manchándose el pantalón y aprovechando su pegada para desatascar partidos.
Los blancos llevan nueve partidos consecutivos ganados y van camino de superar la racha que se alcanzó durante la primera vuelta. De hecho, ganando al Espanyol el domingo en el Bernabéu la igualarán. Sea como sea, en estos nueve partidos se han visto goleadas abultadas, victorias cómodas, por la mínima y sufridas, remontadas... De todo un poco para dejar claro que el Madrid se adapta a lo que le echen. Así se consigue un liderato sólido, y de mantener el nivel muy pronto estaremos hablando del nuevo campeón de Liga. En Vallecas se vivió el mismo guión que en Anoeta o en Getafe, pero se hizo lo importante: sumar tres puntos. De tres en tres el objetivo está más cerca. Simplemente hay que seguir así.
DEJA TU COMENTARIO