Basta con que Higuaín luzca su olfato ante el Espanyol para que toda la rumorología de los últimos días desaparezca, al menos momentáneamente, y el Pipa vuelva a entrar en todas las quinielas. Higuaín lleva sin marcar desde el 14 de enero ante el Mallorca, y las últimas especulaciones apuntan a su posible salida: Juventus, PSG, Manchester City... Son varios los clubes que estarían interesados en fichar al delantero. Y no es extraño. Higuaín juega menos que Benzema, pero marca más. De hecho, ha necesitado 300 minutos menos que el francés para hacer un gol más que éste en Liga.
Sin embargo, Mourinho se decanta generalmente por Benzema porque da al equipo un aire distinto al del argentino. Con Karim, el Madrid toca más, tiene un mayor número de soluciones en ataque, pero tiene menos gol que con Higuaín, menos oportunismo y menos fe. Este hecho hace que el técnico portugués esté encantado con poseer a dos delanteros tan diferentes pero a la vez tan complementarios. Dos delanteros que merecerían formar parte del once cada domingo, pero que han tenido la mala (o buena) suerte de encontrarse en un mismo club.
La lesión de Benzema, que tratará de llegar para el partido ante el CSKA, ha dado una nueva oportunidad a Higuaín, que debe aprovechar los minutos que va a tener para seguir marcando goles. La próxima prueba, el domingo ante el Espanyol, una de sus víctimas preferentes. Si el Pipa deja su cuenta a cero una vez más, no será extraño escuchar ese 'run-run' en el Bernabéu, ese murmullo que sólo han tenido la oportunidad de oír unos pocos en Chamartín: aquellos a los que la afición consideraba más capaces y a los que más se les exigía. Tanto Higuaín como Benzema han sido víctimas de ese murmullo y lo han cambiado por ovaciones. No cabe duda de que el argentino tiene suficiente potencial para volver a cambiar las tornas y mantener su hueco en la plantilla de cara a la próxima temporada. Cuando se tiene una delantera de lujo, no hay necesidad alguna de cambiar.
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