Antes de jugar este domingo el Real Madrid acumulaba cuatro años sin ganar en el Reyno de Navarra. ¿Los motivos? En gran parte por mérito del Osasuna, un equipo aguerrido que se suele crecer cuando juega en casa. Pero también tenía mucha parte de culpa el público local, una afición muy participativa y especialmente agresiva cuando el rival que visita el campo es uno de los grandes de la Liga española. Ya lo sufrió el Barcelona en sus carnes hace varias semanas perdiendo en este mismo campo y a los blancos les ha tocado vivir un entorno similar.
Además, siguiendo también con la línea habitual, el objetivo principal de los gritos, insultos y silbidos ha sido Cristiano Ronaldo. El portugués ya está más que acostumbrado a estas cosas, así que no le ha afectado en su rendimiento sobre el terreno de juego, marcando dos tantos. Y es que no hay que olvidar que, a la hora de la verdad, el fútbol es algo que juegan once contra once y en el que el público no toca el balón.
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