Los seguidores del Real Madrid volvían hacia Madrid con la alegría de la contundente victoria blanca pero por desgracia los descerebrados de siempre se encargaron de amargar la fiesta. Afortunadamente, no hubo que lamentar heridos entre los aficionados del Real Madrid.
Según informó el Gobierno de Navarra, la luna delantera de los autobuses quedó reventada por el impacto de varias piedras. La Policía Foral desplazó al lugar de los hechos patrullas de seguridad ciudadana para proteger a la afición madridista y que los incidentes no fueran a mayores.
Gracias a la colaboración de la Policía Nacional en el peaje de Marcilla, los autobuses pudieron continuar su marcha hacia Madrid con absoluta normalidad.
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