Alcaide augura otro 'robo' al Chelsea

Ve muy negro el futuro de los 'blues' en Europa y no se explica que al Madrid no le apoye ni la prensa de la capital de España, zona también controlada por los culés.





Afortunadamente, existen periodistas como Jesús Alcaide que no se muerden la lengua a la hora de enjuiciar las ayudas que recibe el equipo culé en Europa. En su último artículo, el periodista ve claro el destino europeo del equipo de Mata y Torres: eliminado de la champions.

Se volvió a demostrar el pasado martes que el Barcelona siempre recibe la ayuda pertinente cuando no se salen las cosas en el terreno de juego. Ante el Milan, el inexistente penalti sobre Busquets llegó en el mejor momento, cuando el Milan apretaba, cuando las huestes culés no sabían como salir del atolladero.

Kuipers se unió a la ya larguísima lista de colegiados que han tirado por tierra el camino europeo de los Chelsea, Real Madrid, Milan o Arsenal. Las fechorías de estos árbitros han ayudado a que el Barcelona de Guardiola engorde su palmarés europeo. Que se prepare el Chelsea, que mucho me temo que viviremos un nuevo 'atraco' en Stamford Bridge.

El artículo completo de Jesús Alcaide:


Claro que no era rival el Apoel. Pero el Real Madrid no tiene la culpa de que el equipo chipriota eliminara al Oporto, al Zenit, al Shakhtar o al Lyón. Cuando el Athletic de Bilbao demolió a equipos de Segunda B en su camino a la final de Copa nadie cuestionó esa ruta y se recordó que esos modestos habían dejado fuera de la circulación, entre otros, al Atlético de Madrid, el Espanyol o el Villarreal. Nadie restó méritos al equipo vasco, que está firmando una campaña estimable. Pero en el caso del Madrid, cualquier detalle sirve para rebajar elogios. Si vence por 5-0 al Espanyol, es que los pericos son una castaña. Un 5-1 a la Real Sociedad se acoge como si hubiera goleado a la Unión Deportiva Guarromán. No hay lugar para el piropo a un equipo que bate récords en la Liga y que acampa por segundo año consecutivo en las semifinales de la Champions. En realidad, a algunos sólo les importa destacar si se llevan mal unos jugadores con otros o las noticias de fichajes, casi todas fácilmente desmontables. De fútbol ni hablamos. Y de fútbol tiene mucho que decir este Madrid que galopa hacia la historia. Si le dejan.

Y digo si le dejan porque tras la inclusión del Milan en la caverna que se queja cada vez que aparca en el Camp Nou, parece complicado que algún club pueda salir vivo de las trampas que la UEFA coloca en la ruta de todos aquellos que osan toserle al Barça. Esa caverna, nombre despectivo que se acuñó en el oasis catalán, comienza a parecer el camarote de los hermanos Marx porque cada vez más son los perjudicados por el actual estado de la cosas en el fútbol europeo. Ya no sólo hay cavernícolas en Madrid que recuerdan a Stark, De Bleckhere, Ovrebo y tantos otros santos con estatua asegurada en el Camp Nou. El Inter, el Milan, el Chelsea o el Arsenal integran la cofradía de expoliados en sus visitas al país oprimido del norte a la derecha. Ni uno, ni dos, ni tres. Son multitud y el Chelsea, que volverá a sufrir una semifinal ante el equipo más protegido de la historia a niveles arbitrales y mediáticos, puede darse por eliminado. En Londres esperan el nombre del sucesor de Ovrebo para saber de quién acordarse cuando termine la semifinal.

Por supuesto, ese entorno mediático que acorrala al Madrid y se postra de hinojos ante todo lo que llega pintado de azulgrana, renegará de la enésima demostración del eterno inconformista Cristiano, que ya marca de falta y anula así otro ángulo de ataque, del golazo del artístico Kaká, de la vaselina de Di María o del buen partido del cada vez más recuperado Sahin, primer gran fichaje para la próxima temporada. Lo importante serán los goles de Manduca y Solari, una afrenta a los valores del club blanco. No descarto algún editorial sobre la falta de respeto del club a la Copa de Europa y a sus socios por no haber forzado tras el 0-3 de la ida y haber admitido los tantos chipriotas. Vergonzoso, un club sin señorío.

El madridismo sabe que incluso en su propia ciudad campa a sus anchas el gran rival, que cuenta con terminales mediáticas perfectamente engrasadas para lanzar el discurso único. El líder de la Liga no tiene quién le defienda. Ni en Barcelona ni en su propia casa. El aficionado medio no da crédito ante la catarata de salvajadas que perpetran los laboriosos heraldos de la buena nueva azulgrana en Madrid. El problema para algunos es que en algunos casos, tamañas barbaridades ya no cuelan. Ni Mourinho se come a los niños, ni Cristiano atraca bancos, ni Pepe es el lobo de Caperucita. A la espera de nuevas historietas para no dormir, el Real Madrid volvió a golear.